El Tecnyconta Zaragoza apostó por un relevo en el banquillo para provocar un cambio en la pista y le salió bien ante el Obradoiro porque en el estreno de Luis Guil el equipo no solo ganó con autoridad sino que recuperó el basketaverage y mostró una cara bien diferente. Se apreció una actitud distinta desde el primer segundo, también una alegría renovada, incluso un acierto inaudito las útimas semanas. De repente llegó el cambio y el Tecnyconta encajó 40 puntos menos de los que venía recibiendo el último mes. Todo para ganar a un mermado Río Natura Mombús Obradoiro por un 85-59 que deja la salvación bastante encarrilada.

Ganó el Tecnyconta porque tuvo otra cara, porque presentó un aspecto distinto con más chispa y mordiente y porque enfrente tuvo a un mermadísimo Obradoiro. Moncho Fernández solo contó con un hombre alto, Pustovyi, que además acabó fuera por personales, se vio obligado a mover a casi todos los jugadores de su sitio natural y tuvo que contar con un chaval de la cantera que apenas se había entrenado un par de días con el primer equipo. Seguramente el cuadro gallego ha sido el equipo más castigado de entrada de cuantos han pasado por Zaragoza. El Tecnyconta supo aprovecharlo, también es cierto, dominando el encuentro de cabo a rabo, mandando siempre en el marcador y llevando la diferencia hasta la frontera de los 18 puntos, la que necesitaba para levantar el -17 de la ida.

El principal cambio fue una vuelta al origen. A la intensidad defensiva, a la alegría en ataque, a la búsqueda de los tiradores, a la unión que se vio en cómo todo el banquillo celebraba los puntos. Fue así desde el primer segundo de juego. El Tecnyconta salió muy enchufado y arrancó el partido con un parcial de 12-0 anotando tres triples casi consecutivos y sin jugar balones interiores. Todos estuvieron muy metidos en el partido y las rotaciones no alteraron el pulso del equipo, al contrario, se mantuvo siempre en un punto álgido. Incluso con Tomás Bellas y Martynas Gecevicius, que saltaron a pista directamente desde la enfermería. De hecho Bellas cambiaba la bici estática por la pista cada vez que le tocaba salir.

Cambió también el rol de algunos jugadores. El protagonista absoluto de inicio fue Robin Benzing, al que se ha visto feliz esta semana desde la llegada de Guil. El alero alemán asumió la responsabilidad, es decir, la mayoría de los tiros, en el primer cuarto. Eso sí, generalmente desde la línea de tres, sin acercarse demasiado a la pintura. Con una defensa presionante y el acierto que le había faltado hasta entonces en ataque el Tecnyconta no tardó en llegar a los 15 de diferencia (24-9) ya en el primer cuarto. Con más balones para Benzing tuvieron menos jugadores como Jelovac y, sobre todo, Norel. El capitán estuvo acertado pero no le buscaron tanto como de costumbre.

Se divirtió de nuevo el Tecnyconta en ataque gracias a esa libertad que les concede el nuevo entrenador y se esforzó otra vez en defensa, cosa que hacía mucho que no se veía. Se divirtió el equipo y también la grada, que animó a los suyos, celebró los triples y coreó el nombre de Sergi García, un señor base que mejora cada día que pasa. También hubo otras cosas que no cambiaron. Guil apostó, como Casadevall, por una rotación corta, con ocho jugadores más Barreiro de manera ocasional, volvió a dejar a Kraljevic inédito en el banquillo prefiriendo utilizar a los dos cuatros como juego interior, apostó en algunos momentos por juntar a los dos bases en pista. Aspectos que seguramente necesitan más tiempo para cambiar. La cuestión es que el Tecnyconta hizo lo que debía hacer, solventó con autoridad un partido clave para la temporada y ofreció un cambio que bien vale una permanencia.