El partido de la Eurocopa. Sin duda. Holanda y la República Checa ofrecieron un maravilloso espectáculo, uno de esos partidos que merecen grabarse en vídeo --mejor en DVD, para que no pierda color ni brillantez-- para verlo de vez en cuando y disfrutar del fútbol en toda su extensión. Goles, un expulsado, dos remates al poste, 28 jugadores derrengados por el esfuerzo y dos entrenadores moviendo piezas al compás de los vaivenes del marcador. La República Checa fue la primera selección en clasificarse matemáticamente para los cuartos de final, al ajusticiar (2-3) de nuevo a Holanda, como en la fase previa, y tras remontar un 2-0.

VIBRANTE Los dos equipos salieron dispuestos a aprovechar el tropezón de Alemania frente a Letonia, y ofrecieron un partido vibrante en busca de ese triunfo que les facilitara el acceso a los cuartos de final. El ritmo no decayó nunca, gracias al frenesí inicial que registró el marcador, con tres goles en los primeros 23 minutos, y un último tanto de Smicer en el minuto 87. Después, hubo incluso una ocasión para cada equipo.

Al trepidante arranque de los checos respondieron los naranjas con dos goles tras dos clamorosos errores defensivos. En uno, Poborsky pecó de pasividad y dejó que Bouma le robara la cartera al conectar un preciso y potente testarazo completamente solo, sin oposiicón alguna; en el segundo, los checos no recularon con rapidez para tapar a Van Nistelrooy, que se aprovechó de estar más adelantado, en fuera de juego, que sus rivales.

INTERVIENEN LOS TECNICOS Nada más marcar acortar distancias (m. 23), el entrenador checo tomó una decisión drástica, incongruente en apariciencia. Retiró al lateral derecho Grygera --tocado, con amigdalitis-- y colocó al centrocampista Smicer. Ese retoque obligó a Poborsky a cubrir toda la banda, con alguna ayuda de Rosicky, pero Holanda no aprovechó esa variante táctica dando más juego al bullicioso Robben, que dio los pases de los goles. Poborsky dice que quiere retirarse esta temporada, pero sin las melenas de la Eurocopa-96, aún tiene cuerda para micho rato.

Advocaat tomó otra decisión luego. Mucho más mojigata que la de su colega. Cambió a Robben por Bosvelt, un mediocampista de contención, para defender el resultado. Brücker volvió a mover pieza cambiando un centrocampista defensivo (Galasek) por otro ofensivo (Heinz), participando los dos entrenadores de la formidable pugna que se dirimía sobre el césped. El espectáculo seguía sin freno y los checos, a toda máquina.

MEJUTO, MAL Nadie se ausentó del partido: Davids (remató al palo en el minuto 42) corrió como siempre, Nedved (trallazo al larguero en el 84) fue el motor checo, Seedorf reapareció con nota, Van Nistelrooy mantuvo un pulso durísimo con Ujfalusi, Baros aportó el golazo... Incluso los dos porteros, Cech y Van der Sar, pararon casi lo imparable.

El espectáculo sobrepasó a Mejuto. Fue el que más se equivocó en una noche de fútbol mágico.