La meta ya está a la vista. A dos partidos para volver a jugar la final de Roland Garros. Garbiñe Muguruza y Maria Sharapova afrontan hoy (14.00 horas, Eurosport) los cuartos de final de Roland Garros con las expectativas muy altas en busca de inscribir otra vez su nombre en la copa Suzanne Lenglen. La hispanovenezolana lo hizo en el 2016 y la rusa, en el 2012 y 2014. Será un duelo de divas. Dos tenistas ambiciosas a las que les encantan los retos, los grandes escenarios y ser protagonistas del espectáculo. Ambas saben que están ante una gran oportunidad y van a intentar no desaprovecharla.

«Me apetece mucho este partido», reconocía Muguruza tras superar los octavos el lunes. Tiene una espina clavada con Sharapova. La rusa la ha ganado las tres veces que han jugado, pero ahora la situación ha cambiado. Muguruza se ha aposentado en el circuito y no es una recién llegada como cuando perdió con ella en Roland Garros en el 2014.

Partido abierto

Muguruza es ahora la número 3 mundial, mientras que Sharapova es la 30ª, pero está volviendo a recuperar el nivel tenístico que tenía antes de su suspensión por dopaje, que la tuvo 15 meses fuera de las pistas. Ante Karolina Pliskova, sexta mundial, dio una exhibición de juego y potencia física, como en sus buenos tiempos, y solo perdió trs juegos. Un aviso. La española ha tenido compromisos menos duros. «Garbiñe se crece en los grandes torneos y saca lo mejor de ella», explica a EL PERIÓDICO Xavier Budó, exentrenador de Carla Suárez y buen conocedor del circuito femenino. «Será un partido de mucha carga psicológica y lo decidirá quien lo gestione mejor», dice Budó, que considera a Muguruza «más completa como jugadora».

«A Muguruza la veo rápida, concentrada, consistente», valora Álex Corretja, que augura también un partido muy abierto. Para Anabel Medina, actual capitana de la Copa Federación, el partido puede ser una final adelantada. «Creo que la que gane de las dos será la campeona», apunta.

«Garbiñe está en un momento dulce, me recuerda a la que ganó Wimbledon. Está muy centrada y cuando juega así es muy difícil de vencer. Creo que sabe que puede ganar el torneo pero Sharapova también lo piensa, así que veremos un partido trepidante», explicaba Conchita Martínez.

Moyá advierte

El duelo entre Muguruza y Sharapova deja en un segundo plano a Rafael Nadal, que hoy buscará su pase a las semifinales, en la central, después del duelo de divas, ante el pequeño tenista argentino Diego Scwartzman. Su rival quizás no tenga tanto glamur como Sharapova o Muguruza pero sobre la pista va a ser peligroso y Carlos Moyá lo decía ayer, en un encuentro con la prensa.

«Será un partido duro porque Schwartzman es un tenista de gran talento, muy rápido y que pega fuerte y es valiente. Tiene armas para complicar la vida a cualquiera y cuando Rafa ha bajado un poco siempre le ha complicado la vida», advertía el ahora entrenador de Nadal. En sus cinco anteriores enfrentamientos, el número 1 nunca ha perdido contra el tenista argentino.

Moyá, que estuvo siguiendo el partido de Zverev y Thiem, no ocultó que el austríaco es una de las preocupaciones del equipo y ayer estuvo viéndole jugar, aunque no se enfrentarán hasta una hipotética final. «Es el único que ha ganado a Rafa en tierra», dijo, destacando su victoria sobre un Zverev lesionado. «Este torneo es un maratón y el desgaste físico se paga». De momento, Nadal no ha puesto la reserva como sus rivales más directos.

El tenista destinado a ser el próximo número uno, el alemán Alexander Zverev, sacó la bandera blanca ante un torbellino austríaco llamado Dominic Thiem, que selló contundentemente su pase a las semifinales. El austríaco se coló por tercera vez consecutiva entre los cuatro mejores tenistas de la arcilla parisina tras propinar una auténtica paliza a su oponente: 6-4, 6-2 y 6-1 en solo una hora y 50 minutos. Thiem se ha confirmado como el candidato más sólido a disputarle el trofeo al vigente campeón, Rafa Nadal, aunque todavía quedan varios pasos para la final.