Esta vez no sonará el himno de Riego ni habrá hierba en la pista. El retorno de la armada española a Melbourne será muy distinto al viaje de hace seis semanas atrás cuando Ferrero, Moyá, Corretja y López disputaron la final de la Davis ante Australia. En esta ocasión serán 27 (10 hombres y 7 mujeres) los españoles que intentarán el asalto imposible al único Grand Slam que se resiste al tenis español aunque Joan Gisbert (1968), Andrés Gimeno (1969), Arantxa Sánchez (1994-95), Moyá (1997) y Conchita Martínez (1998) han rozado el éxito en la final.

Si hace 43 días la misión de ganar la ensaladera de plata se adivinaba muy complicada, en esta ocasión tampoco será facil acabar con la racha maldita en el Abierto de Australia. Como en la Copa Davis, Ferrero (cabeza de serie número 3) y Moyá (n. 7) eran de salida las mejores bazas españolas para optar a un triunfo que, como cada año, se presenta como el más abierto de los cuatro Grand Slams de la temporada, al no haber referencias de la forma de los jugadores desde principios de año.

LESION INOPORTUNA Antes de la final del pasado sábado en Sydney, Moyá parecía el hombre a batir de los 128 que la pasada madrugada (hora de España) empezaron a disputar el torneo. El mallorquín no había perdido ninguno de los nueve partidos jugados en el 2004 y se sentía fuerte para repetir y, por qué no, mejorar su mejor resultado en Melbourne, cuando perdió la final ante el estadounidense Pete Sampras, siendo un desconocido que daba sus primeros pasos en el circuito.

El esguince de tobillo que sufrió en la final de Sydney ante Lleyton Hewitt le obligó a retirarse y a punto ha estado de obligarle a renunciar a jugar el Abierto de Australia. Moyá llegó a Melbourne el mismo domingo y hoy (09.00 hora española) debía jugar su primer partido contra el estadounidense James Blake en el programa nocturno previsto en la pista Vodafone, segunda central de Flinders Park. "Todo va un poco mejor, ya no siento el dolor del sábado y espero poder ser competitivo en la pista porque tengo mucha ilusión, pero soy realista y se que no va a ser nada fácil", comentó Moyá.

NUMERO 1 Las opciones de Ferrero parecen más sólidas, aunque el inicio de año del valenciano no ha sido demasiado prometedor al quedar eliminado en la primera ronda de Sydney la semana pasada, torneo donde defendía el título, ante el desconocido tenista australiano Chris Reid. El número 3 del mundo será junto al estadounidense Andy Roddick y el suizo Roger Federer, los únicos tenistas que pueden marcharse de Melbourne como número 1. Para conseguirlo Ferrero, que en el 2003 alcanzó los cuartos en Australia, necesita como mínimo clasificarse para las semifinales y que Federer sea derrotado antes de cuartos y Roddik no llegue a semifinales.

Ferrero se estrenará en el torneo mañana ante el catalán Albert Montañés. El resto de favoritos españoles no han tenido demasiado suerte en el sorteo de la primera ronda. Albert Costa jugará con el británico Greg Rusedski; Tommy Robredo jugaba la pasada madrugada con el argentino Gastón Gaudio; Alex Corretja se cruzaba con el holandés Martin Verkerk, último finalista en Roland Garros; Feliciano López con Beto Martín, Félix Mantilla con el francés Thierry Ascione y el jóven Rafael Nadal con el checo Michal Tabara.

En el torneo femenino las opciones españolas son mínimas en una edición en la, tras la renuncia de Serena Williams por lesión, la belga Justine Henin, número 1 del mundo sale favorita con el permiso de su compatriota Kim Clijsters, la francesa Amelie Mauresmo y las estadounidenses Venus Williams y Lindsay Davenport que reaparecen tras meses de baja.

LA SOMBRA DEL DOPAJE El torneo estará marcado este año por la sombra del dopaje, después de que Rusedski denunciara que la ATP había detectado 47 positivos la pasada temporada. Ya en 1999 se desató una polémica cuando se supo que el campeón del año anterior, Petr Korda, había dado positivo por nandrolona, como Rusedeski este año.