El reventón de una tubería de entrada de agua que nutre de suministro a los bares, baños y servicios del estadio de La Romareda provocó este fin de semana inundaciones y serios daños en el estadio zaragozano. El suceso tuvo lugar el pasado sábado por la noche y el agua llegó a alcanzar los dos metros de altura en el foso. Además, afectó a los túneles de acceso a las gradas, los vestuarios y diversas zonas de paso del campo.

Según informó el club en su página web, "personal del Real Zaragoza y técnicos municipales trabajan ya en la solución de los problemas ocasionados por la rotura", que ha dañado las bombas de presión que garantizan el riego del terreno de juego, que se encuentran inutilizadas, además del servicio de lavandería, entre otras afecciones. También resultaron dañados dos cuadros eléctricos que brindan servicio a la instalación.

El campo se encuentra en estos momentos afectado por un corte de agua que deja sin suministro a todos los servicios del estadio municipal. "Servicio de fontanería y electricistas se encuentran ya en el estadio de La Romareda para intentar solventar el problema, que deberá estar resuelto de cara al fin de semana", anunció ayer el Real Zaragoza, que recibe el domingo al Sabadell a las 17.00 horas.

Este reventón ha servido para reactivar la polémica sobre el pésimo estado en el que se encuentra el campo zaragocista, que sufre las consecuencias de años de dejadez a la espera de encontrar un consenso por el que se proceda a su completa remodelación o a la construcción de un nuevo estadio.

De momento, desde el Ayuntamiento de Zaragoza, propietario de la instalación, ya se ha advertido de que en estos momentos no hay dinero suficiente para afrontar las mejoras necesarias, aunque el mantenimiento cotidiano debe correr a cuenta del club. El consistorio, como bien es sabido, aprobó en diferentes legislaturas la construcción de campos nuevos, en Valdespartera y en San José, e incluso una rehabilitación íntegra de La Romareda. Sin embargo, ninguna de ellas se llegó a producir.