Nada está perdido, pero el camino de España hacia la final de la Copa Davis está bastante más oscuro de lo que se creía ayer por la mañana cuando Paul Henry Mathieu puso en juego la primera bola de las semifinales ante Francia. De momento, y tras 7 horas y 30 minutos de juego, los franceses se marcharon de la plaza de toros de Alicante con el único punto de la eliminatoria en su bolsa.

Los españoles recibieron un revés inesperado, el triunfo de Mathieu ante Carlos Moy por 6-3, 3-6, 2-6, 6-3 y 6-3, a la espera de cómo acabe hoy el segundo individual entre Juan Carlos Ferrero y Fabrice Santoro, suspendido ayer por falta de luz natural con un marcador favorable al español por 6-3, 6-1, 1-6 y 3-3.

Ayer, Francia apagó la euforia española y empezó a creer en sus opciones de ganar esta eliminatoria. "Antes teníamos un 25% de posibilidades, y ahora, un 35%", dijo el capitán francés, Guy Forget. El triunfo de Santoro ante Ferrero sigue siendo complicado, porque el tenista valenciano tendrá tiempo de recuperarse hoy. Pero los franceses confían en sumar el punto del doble que disputarán a continuación Tommy Robredo y Rafael Nadal contra la pareja formada por Michael Llodra y Fabrice Santoro.

FINAL DE UNA RACHA El panorama ha dado un vuelco inesperado. "Confiábamos en acabar la jornada con 2-0", admitió Moy . Pero esa seguridad del mallorquín no se vio sobre la pista. El número 1 español dejó escapar un punto con el que se contaba antes de empezar a jugar. Mathieu, un jugador de 21 años y clasificado en el puesto 77 del mundo, se encargó de demostrar una vez más que la Copa Davis es una competición distinta a cualquier otra, un torneo donde la garra y el orgullo cuentan más que las frías estadísticas. Carlos Moy es el número 6 del mundo, ha sido campeón de Roland Garros y llevaba nueve triunfos seguidos en la Copa Davis hasta el partido de ayer.

La racha se rompió en el peor momento. Después de 4 horas y 31 minutos Moy se fue de la pista con una derrota de las que hacen daño, aunque él evitó demostrarlo. "He jugado 700 partidos en mi vida y es normal que alguno acabe así", se excusó el mallorquín, aunque admitió que al final había jugado "atenazado por los nervios". Moy no supo aprovechar las ventajas que tuvo para decidir el partido después de perder el primer set. El mallorquín tuvo dos ocasiones para acabar con su sufrimiento y las dos las resolvió mal. La primera en el cuarto set, al desperdiciar un break point para adelantarse 3-0.

En ese momento parecía lanzado, apoyado en su derecha y un servicio que no bajaba de los 200 km/h. Pero quiso adornarse con una dejada y falló. Ese error lo desestabilizó y Mathieu le ganó cinco juegos seguidos (2-5) para acabar apuntándose la cuarta manga. La segunda ocasión perdida fue en el quinto y definitivo set, cuando dejó escapar dos bolas para colocarse 3-0 y 3-1. Tampoco lo logró. "Le ha faltado un poco de suerte", le excusó Jordi Arrese, el capitán del equipo español. Quizá sí, pero tampoco la buscó como lo hizo Mathieu. El tenista francés, que se veía saliendo por la puerta de toriles con otra derrota en la quinta manga, como le sucedió en la final disputada en el 2002 ante Rusia, se negó a ser descabellado y soltó el brazo. Su decisión tuvo premio: triunfo y punto para Francia.

MAS SUFRIMIENTO Juan Carlos Ferrero salió a la pista dispuesto a cortar la alegría francesa de raíz. Dominó ampliamente a Santoro en los dos primeros sets (6-3, 6-1), antes de caer en una inexplicable crisis de juego que pudo complicarse más si el juez árbitro de la eliminatoria, el alemán Sorem Friemel, no hubiera decidido aplazar el partido por falta de luz natural cuando el francés estaba dando la vuelta al marcador. "Creo que la suspensión nos ha favorecido y mañana estoy seguro de que Ferrero acabará ganando el punto", dijo luego Arrese, que, a pesar del susto sufrido, se mostraba optimista sobre el resultado final de la eliminatoria: "Los franceses serán duros, pero seguimos creyendo en nosotros".