Víctor Muñoz quiere conducir al club a la máxima cima profesional en todos los aspectos que le corresponden como entrenador del Real Zaragoza. En este sentido piensa aplicar una fórmula que ya utilizó en su etapa de técnico del Villarreal y que consiste en repartir el trabajo físico en un equipo compuesto por dos personas. En el conjunto castellonense tenía a Manuel Lapuente y a José Cabello. El entrenador, de cara al próximo ejercicio, seguirá contando con Lapuente y añadirá al grupo que completa Raúl Longhi como segundo entrenador a Andres Ubieto, quien vuelve al cargo de preparador físico de la primera plantilla. En esa mirada hacia una mejora global de la productividad de los jugadores, existe también la posibilidad de que se incluya un fisiólogo.

Andres Ubieto, quien ya ocupó ese cargo en diferentes periodos (con Luis Costa en un par de ocasiones tras las destituciones de Espárrago y Lillo y en la segunda etapa de Txetxu Rojo), se encargará de la preparación física en sintonía con Manuel Lapuente, especialista en trabajos de cargas y potencia. En el caso de que la directiva aprobara la contratación del fisiólogo, éste aportaría datos de enorme valor para pulir al máximo la información sobre cada futbolista.

El mayor rendimiento

La idea no es crear parcelas, sino ampliar el abanico de conocimientos y unificar todas las áreas que afectan a la respuesta física de los profesionales en la búsqueda del más alto rendimiento posible. El concepto es nuevo en el Real Zaragoza, y se pretende la planificación del trabajo por grupos y por individualidades.

El plan de Víctor para los entrenamientos sean lo más fructíferos posibles va más allá. El entrenador zaragozano ha propuesto a la directiva la fusión del campo número 6 (ver gráfico), terreno donde habitualmente se prepara el equipo, con el 7, casi inutilizado. La obra consistiría en el derribo de la grada o muro de separación y la construcción de un nuevo campo con dimensiones reglamentadas (106 x 98) para que los jugadores no se vean limitados, como hasta ahora, por las estrecheces de un espacio que les impide, por ejemplo, disputar un partido en condiciones reales. Por supuesto, la mejora del césped, del que se quejaron con insistencia y no poca razón técnicos y futbolistas a lo largo de la anterior campaña, sería primordial. El Consejo se reúne el lunes y estudiará la posibilidad de afrontar este cambio en la Ciudad Deportiva.