En un gran momento en lo colectivo y en lo personal, Ricky Rubio ha acabado encontrado su lugar, que no es otro que la cima del baloncesto. En la final del Mundial, el base de El Masnou dejó para el recuerdo una actuación exquisita (20 puntos 7 rebotes, 3 asistencias) y cerró así un torneo mayúsculo en todos los sentidos, que le ha valido su coronación como mejor jugador de la final, el MVP del torneo y también ser incluido en el quinteto titular del campeonato junto a Fournier (Francia), Bogdanovic (Serbia), Scola (Argentina) y Marc Gasol.

"Hemos trabajado muy duro y sacrificado mucho para llegar hasta aquí. Cada uno dio muchísimo para el otro y hoy hemos dado una lección no solo deportiva, sino para la vida en general. Este equipo es leyenda”, aseguró Ricky ante las micrófonos de Cuatro para valorar un torneo que, en lo colectivo y en lo personal, ha acabado por consagrarle.

El niño que debutó en la ACB con 14 años, que se colgó una plata olímpica en Pekín-2008 cuando solo contaba con 17 años, que ha sido construyendo una brillante carrera, ha sido capaz de dar un paso adelante y echarse un equipo a la espalda, asumiendo el papel de estrella en la selección al que siempre ha estado destinado.

DEDICATORIA A SU MADRE

“El título de MVP está muy bien”, reconocía con una enorme sonrisa. “.Pero lo más importante es la familia que queda. Esto nos lo vamos a llevar para siempre. Lo vamos a contar a nuestros hijos, a nuestros nietos de que este equipo consiguió la Copa del Mundo. Tenía mucha envidia cuando la consiguieron en 2006 y parecía que nunca más se iba a repetir. Hay que creer, soñar. Los miedos pueden existir pero el sueño tiene que ser más grande que el miedo”, apuntó Ricky, que ha encontrado en la meditación la tranquilidad tanto a nivel profesional como personal, después del fallecimiento de su madre, Tona, en el 2016, que tanto le ha costado superar.

“La dedicatoria de este título es para mi familia. En especial a mi padre, que me ha ayudado muchísimo en momentos duros y yo le he ayudado a él. Hay una persona en el cielo que estará orgullosa. Espero que esté contenta y disfrutándolo”, se sinceró Ricky.

El nuevo base de los Phoenix Suns de la NBA, con los que acaba de firmar contrato, también puso en valor el éxito de compañeros de selección. “Hace dos años, Llull sufrió una de las peores lesiones del deporte y ha pasado dos años muy jodidos y ha hecho un campeonato para sacarse el sombrero. Claver, es un compañero que ha sido hermanos Siempre ha hecho el trabajo sucio y nunca ha sido reconocido y él ha seguido sin quejarse. Nos ha dado muchísimo. Marc que siempre ha sido el hermano de, está escribiendo el nombre él solo”, puntualizó, feliz por saborea un momento, que asegura, va a quedar de por vida. “No nos damos cuenta, pero hemos escrito un libro muy bonito en este campeonato”.