Tremenda decepción. Tremendo error. Siempre han ocurrido esos fallos en las impresionantes carreras del español Marc Márquez (Honda) hacia sus títulos mundiales, todos, desde el de 125cc hasta los cinco de MotoGP, pasando por el Moto2. Todos, todos, han sido salpicados de caídas, de errores de fogosidad, de cero, pero casi siempre ha estado a tiempo de superarlos, de neutralizarlos.

Este domingo, en uno de sus trazados talismán, junto al de Sachsenring, en Alemania, en el precioso circuito de Austin, Texas, EEUU, donde siempre había ganado desde el 2013, es decir, llevaba seis coronas seguidas, en la vuelta 8 de las 20 que tenía la carrera, el heptacampeón del mundo ha perdido el control de su RC213V, cuando ya llevaba más de tres segundos sobre el veterano italiano Valentino Rossi (Yamaha), se ha caído y, pese a intentarlo, no ha podido volver a la pista.

Fallo de Márquez

El fallo de Márquez, que iba directo, no solo hacia su séptima victoria en Austin sino a la consolidación de su liderato mundialista antes de llegar a Europa, de correr en Jerez, ha servido en bandeja el triunfo a un prodigioso Rossi, 30 grandes premios después de su último triunfo, casi 700 días más tarde, en Assen, Holanda, en el 2017.

Pero, de pronto, escalando posiciones de una forma magistral, llegando desde atrás con la seguridad que ya había demostrado, no solo al final de la pasada temporada sino también, también, en el inicio de la actual, un espectacular Àlex Rins y una eficadísima Suzuki se convirtieron en la pareja del gran premio. Rins fue acercándose poco a poco a Rossi tras superar a Miller y aprovechó un error del ‘Doctor’, que se fue largo al final de la gran recta de Austin, para tomar el mando de la carrera con una seguridad y una experiencia pasmosa.

Álex Rins cruzó la meta

Rossi, que aún tuvo fuerzas y coraje para asustar a todo el boxe de Suzuki pero no a Rins, se acercó muchísimo al catalán en la última vuelta, pero Àlex cruzó la meta como vencedor y se volvió loco. Loco de alegría, de felicidad, de heroicidad, pues lleva toda su vida soñando con este momento, el de ganar su primer GP de MotoGP y, por supuesto, de convertirse en candidato al título, posibilidad que incluso el propio Márquez anunció en Catar, el mismo día que empezó el Mundial.

Rins dio una vuelta loca, loca, loca a Austin y se abrazó a todo el mundo, por supuesto a su compañero Joan Mir, castigado en la salida, y celebró como nunca su victoria más grande. A los 23 años, en su gran premio número 122 y tras 12 triunfos en el Mundial (8 de Moto3 y 4 de Moto2), Rins está ya entre los ‘reyes’ de la máxima categoría.

Coronado con un gorro de ‘cowboy’, Rins reconoció sentirse el hombre más feliz del mundo. “Sí, claro, por descontado, estoy muy contento, no tengo palabras para explicar cómo me siento. Gracias a los fans que han venido aquí, a Suzuki, a la fábrica en Japón, que han hecho un gran trabajo. Muy contento, esto es increíble. Valentino era mi ídolo y lo he superado hoy. Estoy muy contento”.

Y Rossi, claro, lamentó lo ocurrido, bueno, no poder triunfar y cambiar una racha negativa que dura ya 31 carreras. “Lo siento, me sabe muy mal no haber conseguido la victoria porque al ver que Marc se había caído, creí que podía lograrla. Carrera muy rápida, marqué buenos registros, pero Rins lo ha hecho mejor que yo, no he podido adelantarlo al final. Una pena porque hace mucho que no gano, pero sea como sea me siento fuerte y lo seguiré intentando”.

Mundial de MotoGP: 1. Andrea Dovizioso (Italia, Ducati), 54 puntos; 2. Valentino Rossi (Italia, Yamaha), 51; 3. Àlex Rins (España, Suzuki), 49; 4. Marc Márquez (España, Honda), 45 y 5. Danilo Petrucci (Italia, Ducati), 30.