Cuando todavía no se han apagado los ecos de la dura sanción impuesta por al FIFA al delantero uruguayo Luis Suárez por morder al defensa italiano Giorgio Chiellini, otra polémica enfanga el Mundial de Brasil. Aficionados y comentaristas de todo el mundo hablan de "robo" en el Holanda-México (2-1) de este domingo por el penalti que dio la victoria y el pase a cuartos al equipo de Louis van Gaal en el tiempo añadido. Un penalti inexistente que llevó al delantero holandés Arjen Robben a perdir perdón por tirarse en el área rival. Pero poco después donde dije digo, digo Diego.

"Quiero disculparme. Me tiré. A veces esperas que te den, pero no debería haberlo hecho. Fue estúpido", declaró el delantero holandés minutos después de acabar el partido, dando a entender que hubo piscinazo. Pero ante el enorme revuelo causado por sus palabras --hay quién exige un castigo igual de ejemplar que el aplicado a Suárez--, Robben se ha visto obligado a aclarar que hablaba de otra jugada, no de la que se produjo en el minuto 92 ante Rafael Márquez.

"Una fue penalti, pero en la otra me tiré, en la primera parte. No debería haberlo hecho", ha declarado, según recoge el diario 'De Telegraaf'. Robben asegura además que la jugada en la que se lesionó el defensa Héctor Moreno --el jugador mexicano sufre rotura de tibia-- fue merecedora de la pena máxima. "Él me golpeó en la espinilla y se lesionó. Y luego me volvieron a dar. Si eso no es penalti, no sé", ha argumentado.

Cabe recordar que la simulación esta penada por la FIFA. En el Código de Disciplina está catalogada como una falta grave porque atenta contra el juego limpio. Al igual que en el caso de Suárez, ¿también actuará de oficio el máximo organismo del fútbol mundial?