-Su gol en el descuento en Córdoba vale su peso en oro...

--Y estoy muy contento porque fue un gol decisivo y por quitarme la espinita de lo sucedido en Gerona. Ante Las Palmas no pude al estar sancionado, pero el fútbol siempre concede la revancha, la oportunidad.

--¿Por qué lo celebró con la mano puesta en la oreja? ¿Había alguna reivindicación tras lo de Gerona en ese gesto?

--No. Había recibido muchos insultos todo el partido de la afición del Córdoba y era por eso. No había nada más en el gesto.

--¿Cómo se sintió tras aquel partido en Montilivi?

--Tuve varias ocasiones y no las marqué. Estaba fastidiado, pero sobre todo tenía ganas de resarcirme. El primero que se exige mucho soy yo, siempre he confiado en mí, soy muy crítico conmigo y he mantenido ese espíritu, sabiendo que con trabajo siempre llega la recompensa a ese esfuerzo.

--En los delanteros, como en los porteros, apenas hay término medio en los juicios. El acierto les marca mucho.

--Desde fuera se nos juzga así. Si no marcamos somos los más malos. Si lo haces, eres la estrella. No sé si es justo, pero siempre fue así. La responsabilidad mayor de marcar la tienen los delanteros, y lo asumo y acepto, pero el fútbol es de todo el equipo, el peso es colectivo.

--Primera temporada en Segunda y 10 goles. ¿Satisfecho?

--Viendo las ocasiones podía llevar alguno más. Estoy contento. Para ser mi primer año en Segunda creo que no está mal, pero aún quedan 4 partidos y espero incrementar la cifra.

--El problema, quizá, es que alguno de sus compañeros, como Henríquez, no ha aportado tantos goles como se esperaba.

--Es verdad que otros compañeros hace tiempo que no marcan, pero también han vivido lesiones, un año complicado, como el de todo el equipo. No está siendo una temporada fácil para nadie en el Zaragoza.

--De usted se dice, y lo comparto, que es un delantero interesante, aprovechable, pero no un killer.

--Bueno, es una opinión. Yo siempre he metido muchos goles en todos los equipos que he jugado, en las categorías inferiores del Levante. Y creo que lo seguiré haciendo. Confío mucho en mí.

--Pero, ¿se considera un killer?

--¿Qué es para usted un killer?

--Un delantero referencial, que pueda abarcar, por ejemplo en Segunda, una cifra importante.

--Bueno, pues el mayor peso goleador del Zaragoza lo llevo yo, porque soy el que más tantos he marcado. También depende de cómo juegue el equipo, de las ocasiones que sea capaz de crear, de muchas factores. Aquí empecé jugando en banda, después dejé de hacerlo unos partidos y en estos últimos meses estoy jugando mucho. Estoy tranquilo con mis 10 goles y si me hubiera acompañado más la fortuna...

--¿Cree que es más resolutivo cuando menos tiene que pensar ante el portero?

--No estoy de acuerdo, la verdad. El gol en Córdoba no dice eso, y tampoco, por ejemplo, el del Alcorcón donde me metí una carrera con el balón casi desde mi campo. Los goles entran o no. La suerte de cara a la portería contraria a veces no se tiene, con eso hay que contar también.

--Esta siendo un año duro para usted, ¿no? Ha pasado del filial del Levante a tener toda la presión de un Zaragoza...

--En lo personal sabía dónde venía, a un club exigente donde la afición iba a presionar mucho porque el equipo no está donde merece por historia y por entidad. He aprendido mucho, muchísimo, aquí.

--¿Y ha sufrido?

--Sí, pero es que creo que todos lo hemos hecho, sobre todo cuando no salían las cosas. He sufrido por esas derrotas, por no llegar a lo que queríamos, pero no por la presión que hay. Soy psicológicamente muy fuerte y todo eso no me afecta. El que es profesional tiene que saber jugar con todo lo que implica el lugar y el momento en el que está.

--Tanto Paco Herrera como Víctor siempre destacaron su esfuerzo, sus ganas, y usted, que está cedido por el Levante, es de los que más claro tiene su futuro pase lo que pase con el Zaragoza.

--Es verdad. Nunca me he escondido en el trabajo, en las ganas, en intentar ayudar lo máximo. Mi futuro es el que es, está en el Levante, tengo contrato y me toca volver a entrenarme allí desde el 5 de julio. Ya se verá qué pasa. No depende de mí, pero aquí he estado muy a gusto.

--Mientras tanto, es indudable que su gol en Córdoba fue vital para alejarse del descenso. Esa victoria les da tranquilidad.

--Sí, ya se vio cómo lo celebramos, la rabia que había, las ganas de quitarnos esa losa de encima. Yo con Álvaro incluso nos pusimos a llorar por liberar esa tensión que teníamos. No lo habíamos pasado bien en el vestuario en estas semanas, veíamos que la cosa se nos complicaba para la permanencia y este gol nos va a dar mucho aliento, mucha tranquilidad.

--Quedan cuatro jornadas para el final. ¿Para dónde miran?

--Al Sabadell. Solo eso. Ya se verá. No es hora de matemáticas.

--Están a 4 puntos de la promoción de ascenso, pero parece una quimera pensar en un pleno de triunfos cuando en toda la segunda vuelta solo llevan 18 puntos...

--La realidad es así, solo hemos enlazado una vez tres triunfos en esta temporada, pero el fútbol está muy igualado. Esta victoria nos ha dado mucha confianza y hay que aprovechar ese empuje. Tenemos que ir a muerte, con todo, en los encuentros que quedan. Es lo que hay.

--Víctor Muñoz lleva ocho partidos con el equipo. ¿En qué lo ha cambiado el Zaragoza con respecto a Paco Herrera?

--Son métodos muy diferentes y por lo tanto el cambio es importante. El de Víctor pasa por imprimir mucho carácter e intensidad y creo que nos beneficia por los jugadores que somos. Es un juego más directo, de quizá menos elaboración si se quiere, pero nos viene mejor.