No hay derrota indolora. Toda caída duele y deja heridas, aunque su consideración varía en función de determinadas circunstancias. Entre ellas destaca la forma en la que se produce. Por eso, la sufrida por el Tecnyconta Zaragoza el pasado sábado ante el Valencia no dejó secuelas serias. Ni siquiera la oportunidad perdida de asentarse en zona de playoff amargó la existencia a una grada entregada a los suyos. Porque su equipo había caído con las botas puestas y la cabeza alta. Lo hizo todo para ganar ante un adversario enorme. Como otros a los que ya derribó antes. También colosos. Baskonia y Unicaja besaron la lona en el Príncipe Felipe. Barcelona o Valencia se salvaron de milagro.

Por eso no hubo ni un solo reproche. Solo gestos de rabia y aplausos. Muchos aplausos. La ovación al final del partido confirmaba que, tras demasiado tiempo de zozobra, la alegría ha vuelto al Príncipe Felipe. Y, con ella, la comunión entre el equipo y la grada. Una bendita conexión que incrementa la peligrosidad de un Tecnyconta cuyo tamaño no para de crecer.

El rescate de esa alianza se sustenta en un baloncesto atractivo que apuesta por transiciones rápidas, correr y encestar más que el rival. El juego ofensivo que promulga Fisac y la gran variedad de registros que exhibe semanalmente el técnico segoviano han dotado al equipo aragonés de algo que llevaba años sin poseer: identidad. El Tecnyconta sabe a lo que juega. Es más, todo el mundo lo sabe. Un estilo propio.

Así que cada encuentro en el Príncipe Felipe es un festejo. Los semblantes de los aficionados antes de acceder al pabellón ya advierten de que pasarán un buen rato. Atrás quedan aquellas citas marcadas por la agonía y la angustia. No hay penurias clasificatorias ya. Se trata de jugar para seguir arriba. No de hacer de cada partido un ejercicio de supervivencia.

MIRANDO A EUROPA

Ahora, con la posibilidad cierta de disputar el playoff y de volver a Europa cinco años después, la afición disfruta de un equipo que apuesta por la diversión. «Este equipo va a jugar bien, es algo que puedo asegurar. Si durante ese tiempo tenemos la suerte de que podemos ir ganando, mejor que mejor. Pero el cuerpo técnico no va a descansar hasta que juguemos bien porque ese es nuestro objetivo», prometió Fisac en octubre. Misión cumplida.

El Tecnyconta es el sexto equipo que más puntos logra anotar de media (83), solo cinco menos que Barcelona y Real Madrid. El promedio se eleva en casa, donde solo ha estado por debajo de la media en dos de los últimos seis encuentros -logró 72 ante el Unicaja y 81 frente al Baskonia (la mejor defensa de la Liga)-. Y, en ambos, el cuadro aragonés fue capaz de ganar. Señal de que el Tecnyconta también es capaz de sacar partidos adelante enfundado en el mono de faena y tirando de pico y pala.

Al Barcelona, el segundo que menos puntos encaja, le endosó 86 puntos cuando su media apenas alcanza los 75. Tres más le hizo al Valencia -encaja 78 de media- y 102 le hizo al Tenerife (recibe 78).

Con cinco jornadas por delante hasta la conclusión de la Liga regular, la solidez del Tecnyconta en casa y su idilio con la afición se antojan esencial para que la fiesta sea completa. Tres partidos serán en el Príncipe Felipe, que recibirá la visita de Burgos, Real Madrid y Manresa, rival directo por el playoff. En todo caso, el Tecnyconta ya ha ganado. La alegría ha vuelto. El rojo es pasión. Todos lo pasan en grande.