La Champions no es la guerra del Roma. Luigi del Neri, su entrenador, lo sabe y ha decidido dejar en el cuartel a sus mejores soldados. El capitán Totti quería mostrar sus poderes ante el Madrid para volver a ponerse en el escaparate. No podrá ser. Ayer abandonó Trigoria, la ciudad deportiva del equipo romano, de muy mala gana. Dicen que acusó a su entrenador de alinear a un equipo de medio pelo, incapaz de hacer frente a las urgencias del Madrid.

La decisión de Del Neri, que tampoco contará con Cassano, Panucci y Montella, favorece los intereses del equipo blanco, que necesita los tres puntos en un estadio olímpico silenciado por la sanción de dos partidos que pesa sobre el club italiano.

El Roma es un juguete roto desde la marcha de Fabio Capello. Lleva cuatro entrenadores en lo que va de temporada y la fiscalía investiga una presunta falsedad en los balances. Deportivamente es un club a la deriva. Hundido en la tabla de la Liga y con un punto en cinco jornadas europeas, sólo aspira a escalar puestos en la competición doméstica.

Esa es la gran obsesión del técnico Del Neri, aunque intente disimularlo. "Las ausencias se deben a problemas físicos. No tiene sentido que algún jugador corra mayores riesgos. Totti tiene problemas físicos desde hace tiempo y necesita descansar. Pese a ello, no somos una víctima que vaya al sacrificio. Daremos el máximo", dijo el técnico italiano. Todo hacía pensar que Totti jugaría al estar sancionado para el choque del domingo ante el Brescia.

A nadie en el Madrid se le pasa por la cabeza caer en la primera ronda de la Champions y verse obligado a jugar la UEFA, una competición que el Madrid no disputa desde la temporada 1994-95. Para que eso no suceda, los blancos deben ganar. Un empate serviría si el Dinamo de Kiev vence al Bayer Leverkusen en tierras alemanas. La derrota deja fuera de la Champions al Madrid. "El Madrid no puede permitirse el lujo de caer en la primera fase", decía ayer Helguera, pensando quizá en que desde la temporada 1997-98, el Madrid siempre ha pasado la primera ronda.

García Remón apeló a la profesionalidad de sus jugadores, a los que pidió la máxima concentración. "En estos partidos es donde se tiene que ver al verdadero Madrid. La plantilla sabe lo que se juega la entidad. Será un ambiente raro por jugar sin gente, pero sólo debemos pensar en nosotros. Estoy convencido de que vamos a ganar", declaró el entrenador madridista.

SIN PUBLICO Otro dato que reafirma las esperanzas del equipo de García Remón es que en las dos últimas visitas al Olímpico, el Madrid logró el triunfo. Ahora tendrá que hacerlo a puerta cerrada por el castigo de la UEFA al Roma tras la agresión al colegiado Anders Frisk. En un campo que acoge a 70.000 personas, sólo habrá 500, entre jugadores, directivos, médicos, utilleros y prensa de los dos equipos. Ayer, los tifossi colocaron una gran pancarta en la que se podía leer: "Roma nunca estará sola".

Algunos jugadores hablaron con Chendo, delegado del equipo, y Butragueño, que ya disputaron un partido de la Copa de Europa sin público en el Bernabéu ante el Nápoles de Maradona, en 1987. "Será extraño, sobre todo en el calentamiento. Es la primer vez que juego así, pero no está mal porque aquí no paran de animar los 90 minutos", manifestó el jugador cántabro.