Avisaron los cerca de mil desplazados a Los Pajaritos el pasado sábado y ayer La Romareda estalló definitivamente. En el feudo soriano se entonó por primera vez el Idiakez vete ya. Fueron un puñado de zaragocistas en comparación con los congregados en el feudo blanquillo, pero fue un atisbo de indignación que ayer se hizo muy palpable, porque se está convirtiendo en hartazgo.

El clamor popular es muy fuerte en Zaragoza. En el presente, en el pasado y, sin duda, en el futuro. No es para menos a tenor de la inmensa masa social que mueve el escudo del león y de la grandeza de su historia. La afición se está cansando de soportar derrotas y mal juego y ayer saltó por aires, al undécimo partido oficial tan solo.

Ya recibió con algunos pitos La Romareda a Imanol Idiakez cuando fue nombrado por la megafonía al comienzo del partido, pero en el minuto 64, el soplido incipente se convirió en un huracán. 0-1 en el marcador y un runrún creciente por lo muy poco que se podía rascar de un ramplón y soporífero Real Zaragoza.

Idiakez decidió en ese momento cambiar al único jugador que había llevado algo de peligro y a uno de los pocos con algo de frescura, verticalidad e ímpetu. Diego Aguirre, al banquillo por Pombo. Nadie entendió la sustitución y la incredulidad inicial, de décimas de segundo, se tornó en rápidamente en una bronca unánime y directa: Idiakez vete ya. Volvió a sonar, y esta vez en todo el estadio. La situación comienza a ser insostenible.

La relación con la grada del preparador donostiarra pasa por una crisis muy complicada de salvar. A Natxo González se lo cantaron en Alcorcón y llegó la reacción. Fue inmediata, cabe recordar. Y el final, el ya conocido. A Idiakez le queda una bala de forma inmediata y, a medio plazo, un crédito cercano a la zona roja. Idiakez pende de un hilo muy fino, de un último bufido. No es el perder en Copa. Es el cómo y el bagaje anterior.

EXAMEN ANTE EL TENERIFE

Tras la derrota en Los Pajaritos, la idea de la entidad era mantener al técnico hasta ver qué sucede contra el Tenerife el próximo domingo, independientemente de lo que sucediese ante el Cádiz. Los cánticos de la hinchada en contra del entrenador son un pedrusco más en el camino de Idiakez, muy grande de hecho, pero se continúa con el plan.

La idea en el seno del club sigue siendo la misma. Se sentará en el banquillo ante el conjunto isleño salvo giro inesperado de los acontecimientos. La Romareda, soberana, volverá a examinarle. Pidió el entrenador en la previa que animase la grada a su equipo. Y cumplió, aunque después, reventó.

En el Zaragoza se encuentran trabajando en un posible sustituto en caso de que finalmente se destituya al entrenador. Víctor Sánchez del Amo estuvo ayer en La Romareda viendo el partido, pero antes de acometer la incorporación de cualquier entrenador debe llegar el paso previo, que es el despido de Idiakez.

Se le agotan las opciones al mismo ritmo que al club y a la afición se le acaba la paciencia. El objetivo es el ascenso, como así se ha pregonado a los cuatro vientos, pero ahora mismo parece una utopía. Se necesita una reacción, con Idiakez o sin él.