En el Real Zaragoza han cambiado muchas cosas, bastantes en los despachos y no pocas en el césped. La más notable de las segundas es sin duda la regeneración vivida en La Romareda, convertida en los últimos años en fuente de casi permanente expolio por los rivales y en un caudal de decepciones para la afición, que casi se acostumbró a no ver ganar a su equipo en directo. Ahora, la situación casera se ha visto reforzada. Por fin el Municipal vuelve a vibrar de forma continuada con los suyos, aunque las victorias zaragocistas siempre lleguen por la vía del sufrimiento.

Así, el Zaragoza, que no ha perdido en su feudo --es uno de los ocho equipos que no conocen la derrota delante de su público--, acumula tres victorias consecutivas, ante Deportivo Alavés (1-0), Mallorca (2-0) y Racing (2-1), después de iniciar el campeonato ante su gente con los empates que Osasuna (1-1) y Sabadell (1-1) lograron a última hora y que evitaron que el Zaragoza llegara pleno de triunfos hasta el momento como local.

En todo caso, colecciona 11 puntos de 15 posibles. Es decir, un 73,3%. Solo Las Palmas (13) y la Ponferradina (12) han logrado más puntos en casa. Un buen dato, sin duda. Sin embargo, aún lo es más que haya que viajar al tramo final de la 2011-12 para ver tres triunfos seguidos en casa del Zaragoza. Entonces fueron hasta cuatro, en la recta final que posibilitó la permanencia en Primera División de la mano de Manolo Jiménez, con las victorias ante Granada (1-0), Athletic Club (2-0), Levante (1-0) y Racing de Santander (2-1).

DOS AÑOS TERRIBLES

Y el asunto no es ni mucho menos baladí, sino que tiene una importancia capital. El Zaragoza firmó su descenso a Segunda División en la 12-13 y también con Jiménez como entrenador porque fue un desastre en casa, donde con un balance de 5 victorias, 4 empates y nada menos que 10 derrotas solo fue capaz de sellar 19 de los 57 puntos en disputa, un tercio de los jugados (33,3%).

La temporada pasada y ya en Segunda la cosa no mejoró demasiado pese a estar en una categoría inferior. De hecho, una de las claves de que el Zaragoza ni rozara el ascenso fue su flojera como local. Siete victorias y el mismo número de empates y de derrotas para lograr 28 puntos de 63 (44,4%) son números impropios de un equipo que se pueda considerar candidato a subir, aunque lo cierto es que el Zaragoza nunca tuvo ese aspecto durante toda la temporada pasada, ni con Paco Herrera primero, ni con Víctor Muñoz después.

Conseguir una fortaleza como local como la que por ahora lleva el Zaragoza es una de las bases del ascenso. Y basta mirar a los últimas veces que el equipo zaragocista logró sellar el retorno a Primera para darse cuenta de que la aseveración no admite ningún tipo de duda.

En la 08-09 el Zaragoza de Marcelino firmó 50 puntos en La Romareda de 63 posibles (79,3%), con un balance demoledor de 15 triunfos, 5 empates y 1 derrota en 21 citas ante su gente. Eso supone todo un billete a Primera y así lo selló. Esa temporada el Zaragoza llegó a coleccionar hasta 4 triunfos seguidos de local, racha de la que está a una victoria.

En el ascenso de la 02-03 el balance casero con Paco Flores no fue tan demoledor, aunque sí importante. El Zaragoza consiguió 39 puntos ante su gente en 21 citas para amarrar casi el 62% de los que puso en disputa, un porcentaje inferior al de ahora, pero muy superior al que por ejemplo logró el equipo en Segunda durante el curso pasado.

Claro que si se viaja un poco más en el tiempo aún es más esclarecedor. Cuando el Zaragoza subió en la 77-78 su trayectoria en el Municipal fue bestial con 17 victorias y dos empates en una Liga de dos puntos. Ahí firmó, además, su mejor racha histórica como local en la categoría de plata con 14 victorias seguidas --en Primera son 11 triunfos consecutivos en la 73-74, con los Zaraguayos--. Mientras, en la 71-72, también culminada con billete de retorno a la élite, el balance fue casi igual de bueno, con 16 partidos ganados de 19 y solo dos empates y una derrota en los datos caseros.