Por una vez, no había decepción en los rostros que dejaban atrás La Romareda. Entre tantas malas noticias, apareció al fin el éxito, ese gran desconocido últimamente. El filial logró el ascenso a Segunda B tras ganar la eliminatoria ante el Trival Valderas, campeón del grupo madrileño. Con uno de los laterales del estadio lleno y la grada volcada con el Zaragoza B, el equipo de Emilio Larraz no solo aprovechó el 1-1 de la ida, sino que superó a su rival 3-1.

Lo hizo gracias a su eficacia en los momentos clave y en particular a la determinación de Adán Pérez, autor de los dos primeros goles de su equipo con dos certeras definiciones llegando desde atrás. Durante los primeros minutos, pareció que La Romareda incomodó más que ayudó a los jugadores del filial, más imprecisos de lo habitual. El Trival, un equipo experimentado, se hizo con el control del partido y consiguió adelantarse en el marcador en el minuto 12 tras un córner en el que Propin aprovechó un rechace de Aroca en el área pequeña para marcar.

No obstante, antes de que diera tiempo a pensar todo lo que ese gol complicaba la eliminatoria, llegó el empate. Esnáider, como tantas otras veces durante el partido, hizo de boya para desahogar la salida de balón del Zaragoza B; el delantero aguantó la pelota, esperó la llegada de Adán y le dio un buen pase en profundidad. El centrocampista tenía perdida la posición con su marca, pero la recuperó en un forcejeo y regateó al portero con clase para poner el 1-1. La igualdad se mantuvo, pero el filial volvería a marcar en un momento clave.

En el 53, una internada por la banda de Robert, incisivo durante toda la mañana, acabó con un centro de este al corazón del área. Como una flecha, Adán apareció a toda velocidad y al primer toque remató a la red. Tras el gol, el filial se serenó al fin y gobernó el partido ante un Trival al que se le agotaban las fuerzas. Diego Suárez entró en el campo y con él el equipo manejó mejor el balón.

Cuando los madrileños atacaban ya a la desesperada, una contra dejó solo a Samba, que regateó al portero y fue derribado por este. Penalti y roja. Suárez falló, pero Meseguer, el capitán, acabaría con los nervios del estadio con el 3-1 en otro contraataque. "No sabéis las veces que he soñado con este partido", dijo el aragonés al final.