El zaragocismo es pura pasión y, a poco que su equipo le da un caramelo, la afición lo acepta y lo saborea. Llega uno de tantos tramos decisivos de la temporada en el momento más dulce del curso por resultados, juego y sensaciones. Los seguidores blanquillos saben que es la hora decisiva, el momento de empujar hacia arriba al equipo y están decididos a alentar al Real Zaragoza hasta la extenuación. Porque creen ciegamente en que sí, que se puede llegar a la promoción. Y La Romareda, una vez más, vibrará.

Desde el club esperan igualar o superar la mejor entrada de la temporada, que fue ante el Málaga en el segundo partido con Víctor Fernández en el banquillo zaragocista, y que reunió a casi 25.000 personas en el feudo aragonés. Si no se logra superar, poco faltará, porque alicientes y ganas no faltan. En el seno de la afición blanquilla se respira ilusión y no son pocos los convencidos de que, igual que sucediera el curso pasado, se puede repetir la magnífica segunda vuelta y llegar a los puestos de promoción de ascenso. Víctor ha devuelto el ansia de que llegue el fin de semana para disfrutar del fútbol en La Romareda.

La afición se identifica con el equipo y con el técnico aragonés ya que ha recuperado su esencia y su ADN. Ahora sí que es reconocible y, además, ha pasado de ocupar puestos de descenso a alejarlos a siete puntos y a bajar del umbral psicológico de los diez puntos la distancia con respecto a la sexta plaza. Poco a poco el objetivo y la mirada se está desviando hacia la zona noble y se está formando un clima de optimismo que amenaza con hacer al Real Zaragoza casi imparable.

GRADAS AGOTADAS

El encuentro ante el Albacete es muy apetecible. La victoria acercará al equipo al playoff de ascenso a Primera y llega a La Romareda el líder de Segunda. Eso es síntoma de motivación. Además, el horario ayuda. Un sábado a las 18.00 horas es un momento ideal para la práctica del fútbol y además se esperan unas condiciones climatológicas idóneas para unos aficionados con ganas de acudir al estadio. En suma son tres semanas sin ir a la casa de todos los zaragocistas tras el buen periplo por tierras canarias y gallegas y, además, el último partido en La Romareda fue en un incómodo viernes. Esta vez el horario es más futbolero y se dan todos los ingredientes para vivir una tarde de fútbol.

El ritmo de venta de entradas está siendo superior al de otros encuentros, por lo que desde la entidad esperan un gran ambiente. El impulso a la venta en línea, además de la tradicional en formato físico en las oficinas o taquillas, anima a más gente a adquirir su localidad con comodidad y tiempo.

La Grada Norte y la Sur ya están agotadas, mientras que está a punto la Tribuna Gol Sur. En total, entre Internet y oficinas se llevan vendidas cerca de un millar de localidades, cifra que aumentará conforme se acerque la hora del partido, especialmente mañana. A ellos habrá que sumar los alrededor de 300 seguidores del Albacete que acudirán a La Romareda y, sobre todo, los 27.000 abonados blanquillos. No todos podrán ir al fútbol, pero en el Real Zaragoza esperan que sí vaya al estadio un porcentaje muy importante. Y eso será una clara señal de que el campo será una olla a presión, de esas que imponen al rival y llevan en volandas al Real Zaragoza. Como en los grandes días.

Por si fuera poco, la afición blanquilla se ha vuelto a movilizar en las redes sociales para recibir al equipo aragonés a su llegada al estadio con el autobús. Lo más probable es que no llegue a las mareantes cifras de aficionados que poblaban los alrededores de La Romareda a final del curso pasado, pero sí que se espera un gran ambiente.

El zaragocismo volverá a acudir con fidelidad a su templo. La afición cree y confía y se busca una comunión entre equipo y grada que convierta el estadio en una caldera para recibir al líder de la Liga. El Real Zaragoza se juega mucho en los próximos encuentros y la parroquia blanquilla lo sabe. Y no fallará. La ocasión bien lo merece.