En la despedida de Luis Enrique, la estrella fue Ronaldinho, que transformó un penalti erróneamente señalado por Daudén Ibáñez y que permitió al Barcelona sumar una victoria (1-0) con la que seguir soñando con la segunda plaza. Los azulgrana, que merecieron ganar con mayor holgura en la primera mitad, sufrieron en la segunda, especialmente cuando desapareció Ronaldinho y, además, Carles Puyol fue expulsado en el minuto 67.

El brasileño demostró que se encuentra en estado de gracia. Cada vez que intervino creó peligro, dio una clase sobre regates y fue el alma de su equipo. Sin embargo, el Racing, que ya tenía garantizada su continuidad en Primera División, tuvo una magnífica oportunidad para adelantarse en el marcador.

MAGIA BRASILEÑA Javi Guerrero, el único delantero que alineó Lucas Alcaraz, cazó un balón en el borde del área, desbordó a Puyol, pero no estuvo acertado ante Víctor Valdés y el balón salió fuera por poco en el minuto 10. Después de un par de tímidas aproximaciones de los locales, por medio de Luis Enrique y Saviola, apareció Ronaldinho en la mejor jugada del partido. El brasileño se situó en la banda izquierda, junto al banderín de córner, y sin apenas espacio regateó a Moratón con un elástico . Después llegó Cristián Alvarez y derribó al brasileño fuera del área. El árbitro se equivocó y pitó penalti en el minuto 16. Ronaldinho cedió a Luis Enrique la posibilidad del lanzamiento, pero el asturiano declinó la invitación y el brasileño no perdonó (1-0).