Ronaldo fue una máquina letal y con unas jugadas de su sello personal vapuleó las aspiraciones de Argentina, puso a Brasil al frente del grupo suramericano para el Mundial que se celebrará en el 2006 y se aupó al liderato en la tabla de goleadores del certamen, con seis tantos en su cuenta particular. Pocos discutían el inapelable 3-1. El clásico siempre tiene un sabor especial. Las victorias son más resonantes y las caídas también: duelen hasta el momento de la revancha. Los argentinos hicieron lo que pudieron pero el delantero del Madrid marcó las diferencias en el encuentro.

Sus tres tantos fueron de penalti provocados por él, pero la demostración de potencia y calidad duró los 90 minutos de la cita. Fue demasiado para Argentina, decía en Buenos Aires el diario Clarín. "Y eso que no estuvo Ronaldinho Gaucho", el jugador del Bar§a, dijo un comentarista radiofónico.

UN LIBRO DE DIETAS La supuesta gordura del galáctico fue la comidilla antes del pulso de Belo Horizonte. Hasta un cronista del programa televisivo CQC trató de explotar la situación cuando abordó al delantero horas antes de salir al estadio. El cronista le quiso dar un libro de dietas. El astro del Real Madrid lo miró con cara de pocos amigos. Su enojo y el de otros jugadores del plantel verde y amarillo no tardó en llegar cuando el pertinaz cronista le mostró un muñeco de los que las religiones afrobrasileñas pinchan con alfileres para infligir dolor.

El Fenómeno no sólo estaba con menos kilos que de costumbre, sino también veloz, inspirado y contundente. Ronaldo también desparramó algunos lujos que arrancaron aplausos y voces de admiración en el estadio. "Fue determinante", reconoció el parco entrenador argentino, Marcelo Bielsa, blanco otra vez de las críticas en Buenos Aires por dejar a Javier Saviola en el banquillo de la suplencia.

SAVIOLA JUGO 30 MINUTOS El Pibito sólo disputó media hora del choque y lo hizo de delantero centro. No tuvo muchas oportunidades de lucirse porque Pablo Aimar, del Valencia, pasó inadvertido y Crespo, del Chelsea, fue otro fantasma jugando en una posición que sólo Bielsa puede explicar, de interior derecho.

La defensa argentina fue un coladero incapaz de parar a Ronaldo. "¿Cómo no va a ser así si es el mejor atacante del mundo, pese a que aún hay gente que lo duda?", dijo eufórico Carlos Alberto Parreira, quien elogió el partido de Luis Fabiano, que está en el punto de mira del Barcelona. El Sao Paulo lo ha tasado en 20 millones de dólares.