Hockenheim, uno de los circuitos míticos europeos. Alemania, país de moda en todos los sentidos. Mercedes, dueña de la situación en el Mundial de F-1 gracias a su portentoso monoplaza y su aún más eficaz motor turbo. El alemán Nico Rosberg contra el británico Lewis Hamilton. Un joven que quiere ser campeón como su papá, Keke, y un veterano veloz, el más veloz de todos, que quiere un segundo cetro mundial.

De nuevo, todo estará en sus manos este domingo. O eso parece. Y, poco antes de que den comienzo los entrenamientos del Gran Premio de Alemania, 10ª carrera de la temporada y, por tanto, el ecuador, Mercedes anuncia que Rosberg ha renovado. No dice por cuánto tiempo, pero son tres años. No dice por cuánto dinero, pero son, se dicen, 55 millones de euros en total.

Rosberg ha llegado a Hockenheim y ha reconocido estar viviendo la mejor semana de su vida. O eso hay que interpretar de sus palabras. "El jueves de la semana pasada me case con Vivian [Sibold] en Mónaco; el domingo, Alemania ganó el Mundial y, al día siguiente, renové por tres temporadas más con Mercedes", comentó el miércoles. "Ya solo me resta redondear la mejor semana de mi vida con una nueva victoria en casa. Todo ha sido muy ecomcionante", añadió.

Duelo entre compañeros

El ganador en Australia, Mónaco y Austria suma 165 puntos, cuatro más que Hamilton, su compañero de equipo; 67 más que el australiano Daniel de Ricciardo (Red Bull) y 78 más que el español Fernando Alonso (Ferrari). Es evidente, cristalino, que los dos hombres de Mercedes, libres de órdenes de equipo, se van a jugar el título en las 10 últimas carreras. "No miro mucho la clasificación, tampoco pienso en el título, pues resta más de media temporada y Lewis está pegadito a mí. Prefiero ir carrera a carrera, prepararlas bien y concentrarme en cada sábado y domingo sin pensar más allá", asegura Rosberg.