Montmeló vivió ayer el domingo soñado desde hace años. Récord de espectadores en un gran premio de motos: 102.301. Récord de podios de españoles. Victoria de un prodigioso, increíble y agresivo Héctor Barberá (Aprilia) en 125cc; tercer puesto de Pablete Nieto (Aprilia) en la pequeña cilindrada; plata para un pletórico Dani Pedrosa (Honda) en dos y medio , que no pudo derrotar a Randy de Puniet (Aprilia); y segundo puesto de Sete Gibernau (Honda) en la categoría reina , en la que el doctor Valentino Rossi (Yamaha) volvió a sentar cátedra y abrió consulta, fonendoscopio en mano, en el Circuito de Cataluña.

Récord de diversión y entretenimiento en un gran premio donde todas las carreras mantuvieron en pie hasta la última vuelta a los 102.301 motards presentes. Y récord de incertidumbre, pues los tres campeonatos abandonan Montmeló más igualados que cuando llegaron: Andrea Dovizioso, De Puniet y Sete continúan liderando sus campeonatos pero Barberá, Pedrosa y Rossi están ahora todavía más cerca.

REMONTADA HISTORICA Nadie recuerda haber visto cosa igual en muchos años. Pocas memorias consiguen retener una gesta parecida: cruzar la meta en el puesto 23 en la primera vuelta y convertirse en el ganador en la última. Eso fue lo que hizo ayer ese muchachito de orejas grandes llamado Héctor Barberá (Aprilia), al que se le agarrotaron los nervios, la moto y las manos al apagarse los semáforos rojos --"¡increíble, increíble, tenía tantas ganas de ganar que arranqué el último!"-- y que acabó chocando su carenado con todo el que se le puso por delante --especialmente con Marco Simoncelli, Alvaro Bautista y Jorge Lorenzo, "a los que les pido perdón"-- hasta adueñarse de la cabeza de carrera a falta de cinco vueltas. Una vez llegado allí, todo fue demasiado fácil. "Una vez hecho el esfuerzo, no era cosa de perder".

CARRERA VIBRANTE Fue, sin duda, la carrera más atractiva de la jornada. Siete atrevidos muchachos --el veterano Roberto Locatelli se cayó en plena lucha-- se adueñaron del pelotón de cabeza. Entre ellos había cuatro españoles (Barberá, Lorenzo, Bautista y Nieto, al que se le paró la moto en la salida), que, en algún momento del gran premio, llegaron a liderar la carrera. Lo nunca visto. Es más: a falta de cinco giros, no sólo el podio era español (Nieto, Barberá y Bautista), también el cuarto puesto era de la armada gracias a Lorenzo.

La última vuelta fue apasionante. Lorenzo se equivocó y no entró en la pelea final porque pensaba que faltaban aún dos vueltas. El error se produjo cuando, al entrar en la larga recta de meta de Montmeló (1.047 metros), miró a la inmensa torre de cronometraje que hay al fondo y vió que ponía -2, sin percatarse que aún le faltaban 180 metros para cruzar la línea. Cuando Jorge cruzó la meta, el indicador saltó a -1, pero él se olvidó de levantar la cabeza y volver a mirar el cartel.

HASTA EL ULTIMO METRO Los que lo hicieron o supieron leer su pizarra entraron en una batalla sin cuartel de la que salió vencedor, como no podía ser de otro modo, Héctor Barberá, el muchacho que, meses antes, se había quejado del trato de favor que Jorge Martínez Aspar y Angel Nieto otorgaban, el pasado año, al hijo del 12+1 . Estaba claro que Barberá no podía perder frente a Pablete . Como así fue.

Los segundos semáforos que se apagaron fueron los de 250cc y, tal y como había pronosticado Pedrosa, la carrera de dos y medio se convirtió, desde su primer soplido, en un duelo a dos entre el joven de azul y el francés De Puniet. Va a ser el pulso del año, de la temporada, del Mundial. Ellos ya son los jefes de Aprilia y Honda. Atrás queda el campeón, Manuel Poggiali, que ayer se cayó; el subcampeón, Roberto Rolfo, que chocó con él; Fonsi Nieto, que ya no es el que era. Los únicos que parecen en condiciones de plantar cara a De Puniet y Pedrosa, de vez en cuando, son Toni Elías, que ayer logró el bronce, y va creciendo poco a poco, y Sebastián Porto, que acabó cuarto.

Pedrosa, que reconoció haber estado "bailando con lobos" durante toda la carrera --"Por vez primera he sabido lo que es pilotar una dos y medio y me ha parecido sensacional, aunque algo peligroso"--, no quiso lanzar la toalla en ningún momento y, en un par de ocasiones, adelantó a De Puniet en la última vuelta. Hasta que el francés le metió hábilmente su Aprilia en la curva de La Caixa para ganar la prueba.

LECCION MAGISTRAL Faltaba el esperado y deseado duelo. La reedición del pulso de Mugello: Rossi contra Sete. Volvió a ganar el doctor , que lo celebró auscultando, en la vuelta de honor, a su Yamaha --"¡está sanííííísima!", gritó en plena pista-- con un falso fonendoscopio.

Pero le costó. Como en Mugello, el pentacampeón llegó a temer por la victoria. "Creí que Sete se escaparía". Pero Gibernau salió ayer lastrado. No pudo montar en su Honda el neumático más duro. "Con él, resultó inmanejable durante los entrenamientos", dijo. La única manera de codearse con la Yamaha era equipar a su RC211V con goma blanda para lograr idénticas prestaciones que la moto de doctor . Pero, llegados los giros decisivos, Rossi puso pies en polvorosa. Pese a todo, Sete sigue mandando. Aún es el líder.