La hinchada local de los Juegos de Sochi (Rusia) se debatió ayer en un carrusel de decepciones, comenzando por la frustrante derrota sufrida en el torneo masculino de hockey sobre hielo y prosiguiendo con la dura caída protagonizada por la chica destinada a enternecer los corazones de los seguidores. Se trata de la patinadora Yulia Lipnistkaia, un ángel sobre cuchillas de 15 años que luchará, de todas maneras, para convertirse hoy, en el programa libre, en la segunda patinadora más joven en ganar la prueba individual femenina y la primera rusa en conseguirlo.

Ayer, Lipnitskaia se complicó ese ambicioso objetivo al caerse tras un salto y hundirse hasta el octavo puesto en el programa corto. Las lágrimas que derramó esa hada de hielo enternecieron a todo un país, que hoy esperará un milagro que compense del día horribilis que vivió ayer.

Y es que Rusia ya había sentido por la mañana el frío gélido de la derrota de su selección de hockey en los cuartos de final. El presidente del país, Vladímir Putin, puso mucha presión sobre el combinado que quería convertir en el portaestandarte del equipo olímpico ruso en los primeros Juegos de invierno que se celebran en el país.

La final de hockey sobre hielo pone, el próximo domingo, punto final al calendario olímpico, pocas horas antes de la ceremonia de clausura. Era el momento elegido para simbolizar un éxito organizativo y deportivo del país, que de todas maneras estará entre los primeros del medallero, puesto que ayer ya sumaba 22 puestos de podio, con seis medallas de oro. Pero en la final del domingo no estará Rusia porque el equipo calificado por Putin como el mejor del mundo sucumbió ayer en cuartos ante Finlandia por 3-1 ante un Bolshoi Ice Dome repleto de público que quedó helado.

SIGUE LA GRAN DECEPCIÓN

"Hemos quedado absolutamente vacíos por dentro. Lo que sentimos ahora es únicamente decepción, decepción por no haber podido responder a las esperanzas depositadas en nosotros", manifestó después el capitán ruso, Pavel Datsyuk.

Ganadores de seis títulos olímpicos, sobre siete posibles, entre 1964 y 1988 bajo la denominación de Unión Soviética, Rusia completó ayer seis Juegos en que se va con las manos vacías. El llamado Equipo Unificado ganó el oro en Albertville en el año 1992. Desde entonces, solo ha habido decepciones, como la derrota en cuartos de final en Vancouver 2010 y, en Sochi, una primera derrota ante su antiguo rival durante la guerra fría, EEUU, en la fase de grupos y por penaltis, y el tropiezo irreparable de ayer frente a una Finlandia sin nada que perder y mucho más fresca, ya que se clasificó directamente para los cuartos de final mientras que Rusia debió jugar una repesca.

Sin tiempo prácticamente para superar el hachazo del hockey, por la tarde, en el pabellón Iceberg y ante otro lleno histórico, la pequeña y tierna Yulia Lipnitskaia (1,58 de altura) quería repetir su gran actuación de la prueba por equipos, en la que llevó a Rusia al oro. Era el primero para esta flexible, artística y elegante patinadora que pudo entrar en los Juegos por 26 días. De haber nacido después del 30 de junio de 1998 (lo hizo el 5 de junio) no se podría haber inscrito, por la regla olímpica de edad mínima de 15 años.

El segundo oro, que los rusos esperaban de su nueva heroína en la prueba individual, está en el aire. Ayer, una caída y algunos pequeños errores más de ejecución la relegaron hasta el quinto puesto, con 65,23 puntos (ella tiene un récord de 72, 90 en el corto), lejos de los 74,92 de la vigente campeona olímpica, la surcoreana Yuna Kim. El programa largo de hoy determinará si el milagro es posible.