Sabaté está diplomado en Copa Príncipe. El catalán ha disputado las últimas tres finales, una con el Manresa y dos con el Tenerife, de un torneo del que conoce hasta el último escondrijo y que venció en Inca en su edición anterior. Mantener la calma, trabajar y pensar como equipo y no viciarse ante el favoritismo son las claves que señalan hacia el título para un experto como Sabaté.

Cronseguir ser un equipo sólido durante los dos días. Esa fue la clave del UnelcoTenerife la temporada pasada y al final ganamos la Copa, pero también ascendimos finalmente a la ACB. Si comparamos a las dos plantillas, quizá este CAI Zaragoza incluso tiene más calidad individual, lo que no quita para que además funcionemos bien como colectivo.

Olvidarse de la presión de jugar en Zaragoza, en casa, ante tu propia afición. No debe obsesionarnos el hecho de competir delante de nuestra gente y, por eso, ser los favoritos. Creo que el equipo ha demostrado en la Liga que está capacitado para rebasar esta barrera y liberarse de la tensión de estar rodeado de un pabellón lleno y expectante.

Parar a los jugadores de más talento de cada contrario. En los partidos a vida o muerte, como son los de la Copa Príncipe, aparecen siempre las estrellas. Hay que estudiar minuciosamente al rival y saber cuáles son sus piezas más importantes. Si los paras inutilizas el mejor arma de tu adversario e incrementas tus posibilidades de ganar los partidos.

Aprovechar nuestra actual buena racha de juego. Llevamos diez victorias consecutivas y debemos aprovechar esta inercia de la Liga y trasladarla a las características propias de la Copa Príncipe de Asturias. El equipo llega en un buen momento de forma a esta competición tan complicada y no hay que parar porque sea un objetivo diferente.

Con una plantilla sin problemas físicos tienes más alternativas para encarar cada compromiso. El Bilbao viene mermado, sin Hamilton ni Rodríguez, y La Palma ha hecho cambios en su plantilla en la últimas semanas. El Plasencia es el que más entero va a llegar a esta cita, aunque todos seguirán siendo muy peligrosos y no hay que descuidarse porque lleguen mermados.

Impedir el ataque dinámico de los jugadores más altos del Bilbao. Será primordial si queremos superar el primer escollo de la Copa Príncipe y jugar mañana la final. Tienen un gran juego interior y poseen pívots como Jorge García y Lucho Fernández con buen tiro exterior, algo que nos puede perjudicar en defensa. Sallier también puede salir a tirar triples.

Pasarlo bien sobre la pista. Esa es la esencia del baloncesto y de todo deporte. Al jugar, al salir a una cancha de baloncesto, tienes que ir con la intención de divertirte, sin olvidar la responsabilidad que tienes como profesional de jugar y ganar para tu club. Pero cuando estás a gusto, esta sensación se transmite al público y es un condicionante muy favorable.

Esperar que la suerte nos acompañe y al mismo tiempo le dé la espalda a nuestro adversario. Es un factor que nadie controla y que nunca sabes quién va a contar con ella. Aunque trabajamos para que nuestro juego dependa lo mínimo posible de estos condicionantes, la fortuna puede desequilibrar la balanza para cualquiera de los dos lados.

No caer en las individualismos. Si ganamos lo haremos todos juntos y no por separado. No hay que olvidar que somos un equipo. Esa es la mentalidad que hemos explotado dentro de la LEB, la que nos ha valido una racha de diez victorias y que no debemos olvidar en la Copa. Desde el primero al último del vestuario tenemos que estar concentrados en el mismo objetivo: ganar.

Pulir los pequeños detalles que resaltan en el juego de cada encuentro. En las facetas menos significativas reside en gran parte el triunfo. Hay que estar muy atento para perder pocos balones en ataque y ser listo para precipitar al rival para que cometa errores. Una de las misiones primordiales será ganar la batalla por el rebote bajo los aros.

Recurrir a Matías Lescano y Otis Hill. Los dos están en estado de gracia y hay que aprovecharse de ello. Han realizado partidos de gran calidad en la Liga y poseen gran facilidad para anotar con fluidez. Todos en el equipo tenemos una amplia seguridad en ellos y sabemos de lo que son capaces, aunque al final somos todos los que tiramos del carro.

Ir partido a partido. Aunque sea un tópico tiene una vigencia total en la Copa del Príncipe. No hay que pensar en el último encuentro antes de jugarlo. Primero, antes de llegar a la final, tendremos que concentrarnos y superar al Bilbao, el único equipo de los cuatro que ha disputado este torneo. No será fácil. La experiencia es importante, pero no primordial.