"¿Dónde hay que firmar?". Iñaki Sáez aseguró ayer que España no saldrá a empatar, pero no es ningún iluso y contestó así, sin dudarlo, a quien le preguntó si le valía la igualada. No perder significaría que puede continuar con sus planes al frente de la selección. No pasar a cuartos de final supondría que no ha sabido sacar todo el jugo que se le supone a un grupo de jugadores con etiqueta de brillantes. Y él sería el primero en abrirse la puerta de salida. Se comprometió a ello en público cuando se hizo oficial la renovación de su contrato por dos años y no tardaría ni 24 horas en presentar su dimisión al presidente de la Federación, Angel María Villar.

La última vez que se le interrogó sobre si era consciente de que su cabeza peligraba, el seleccionador salió por peteneras. Fue un periodista portugués y en Guimaraes, justo antes del amistoso del 6 de septiembre en el que España goleó a los hoy anfitriones de la Eurocopa. Ayer se repitió la situación en Lisboa, y Sáez reaccionó con más temple. Se limitó a decir que hay una palabra dada entre él y la Federación. "Eso es lo que vale. Ese es nuestro estilo", dijo, y lo repitió en euskera con cierta sorna. El hecho es que se comprometió a dejar el puesto si España no cumple unos objetivos mínimos. "Los que me conocen saben que soy consecuente", afirmó al inicio de la concentración.

Siempre positivo

La palabra fracaso, sin embargo, no está en su vocabulario. Tampoco en el de Raúl. Sí en el de la mayoría de los jugadores, como demostraron el viernes Torres, Vicente y Juanito, y ayer Albelda. Pero, por complicadas que estén las cosas, Sáez dice que no contempla la posibilidad de volver el lunes con las orejas gachas a Madrid. "Todo el que piensa que puede perder o fracasar, está condenado al fracaso. Todo lo que salga de mi boca será en tono positivo, siempre en la misma dirección", manifestó el técnico vasco, que reiteró que la situación no le produce ningún vértigo.

Sáez asegura que sus biorritmos no se han alterado lo más mínimo en los últimos días, pero por si acaso lleva un tiempo sin leer la prensa española: "Llevo haciéndolo tres días. Antes dormía bien y ahora duermo mejor. Estoy muy tranquilo. Tengo las cosas más claras, o tan claras como siempre. Puedes leer algo que te deje una especie de malestar interior que puede influir en una conversación con un periodista. Prefiero no tener mal cuerpo y tener esa charla como amigos".