—¿Cuál es el estado de ánimo que hay en el club?

—Estamos muy fuertes. Sabemos que estamos en un momento de la temporada complicado, pero estamos fuertes. Hemos mejorado respecto a hace cuatro semanas, después de la derrota ante Fuenlabrada. Tenemos claro lo que queremos ahora y lo que queremos en el futuro.

—Los jugadores dicen que se está entrenando bien. ¿Cómo se explica entonces un accidente tan grave como el del pasado domingo ante el Gran Canaria?

—Yo he pasado por esta situación muchas veces en mi carrera deportiva. Tiene una explicación muy clara. Nuestro déficit claro está en defensa, en ataque metemos puntos fácil. No teníamos un book defensivo claro y la persona que llegó nueva lo ha establecido. Se produjo una mejora bestial el primer partido, pero en el segundo fuimos a un campo donde solo ha ganado un equipo y nos metieron otra vez 100 puntos. Empezó a haber dudas, nos enfrentamos al equipo que peor se nos da y que está más en racha y las dudas se acrecentaron. Hay una diferencia brutal en los entrenamientos, toda la gente está implicada y con ganas y esto tiene buena pinta, aunque el otro día la tuviera muy mala.

—¿Entiende que la gente esté preocupada?

—Perfectamente. Pero estamos a una derrota del descenso y ya teníamos claro desde que empezó la mala racha que nos lo íbamos a jugar todo en los tres o cuatro últimos partidos. Sé que el resultado del otro día es muy alarmante y ya han pedido disculpas los jugadores, pero hay veces que estas cosas ocurren.

—¿Por qué hay tantos problemas en defensa?

—Tenemos un equipo con mucho talento y muchos puntos, con jugadores que tienen que tener muy claro cómo se defiende. Su rol defensivo tiene que estar muy claro, muy mecanizado. Pero esto no se consigue en tres semanas, debe ser un trabajo desde la pretemporada. Un equipo tarda unos dos meses y medio en tener claro un sistema defensivo. Estamos fallando mucho en el pick and roll y el rebote ofensivo. Esto tiene un trabajo, pero hemos empezado a aprender una manera y media de defender el pick and roll hace solo tres semanas. Perdimos por 45, pero el equipo está mejorando en defensa, de verdad.

—Ya sabrían que necesitarían ese tiempo cuando decidieron cambiar de entrenador.

—El proceso debe ser de asimilación rápida. Hemos tenido una evolución bestial en los entrenamientos, pero eso se tiene que ver en los partidos, que es cuando más importa que un jugador sienta que no las está metiendo su hombre sino un equipo.

—¿Tendrían que haber cambiado antes de entrenador?

—Hablar ahora es muy fácil, pero nosotros vimos un proceso de diez partidos desde Navidad en los que el equipo iba hacia abajo. Mirado desde aquí y ahora, pues a lo mejor, pero de verdad es muy difícil. A Andreu no le dimos ningún ultimátum, le dijimos que la dinámica no era buena, que seguíamos con los mismos males. Al final tuvimos que cambiar, ve-íamos que el equipo estaba parado y necesitábamos algo fresco para resurgir. Ahora es muy fácil arrepentirse, pero...

—¿No hubo ultimátum a Casadevall como él dijo?

—Un lunes bajando de Huesca le dije que en la comisión deportiva veíamos que en los últimos partidos íbamos a peor, que necesitábamos una reacción inmediata. No pasó y tuvimos que tomar esa decisión. Pero en ningún momento le dijimos: «Si no ganamos te vamos a echar».

—¿Qué pasó en Badalona aquel día de Navidades?

—Es una día clave. Con la victoria ante el Joventut nos íbamos hacia arriba. Andreu pensaba que el equipo estaba bien, pero el partido fue un desastre en defensa y las sensaciones empezaron a no ser buenas. Ahí entramos en una espiral que ha acabado aquí.

—¿Conocen la razón?

—Quizá nos sostenía una base que no era sólida y al primer contratiempo fuerte nos vinimos abajo.

—¿No hubo ninguna situación de fricción dentro del vestuario?

—El problema que tenemos es que tenemos demasiadas buenas personas. Necesitaríamos un par de tíos con mala leche. Tenemos gente muy comprometida, el otro día estaban a punto de llorar, muy fastidiados. Es lo que tenemos, buenas personas. Yo era bastante peor que ellos de jugador. En un equipo lo más importante es la base de principio de temporada, pero esa base cedió.

—¿Se ha arrepentido de haber mantenido a Juskevicius o dar salida a Holt?

—No. A Juskevicius había que entenderlo. Es un jugador que le tienes que dar un poco de libertad. Si lo encorsetas en un sistema, se pierde. Es un jugador directo, que juega en transiciones y el pick and roll con espacios. No me arrepiento en ningún momento. Es un buen jugador, que ha estado perdido pero que no tiene miedo. Holt sí lo tiene. Y al baloncesto no se puede jugar con miedo. De hecho, se ha ido a Nymburk y no juega, y lo que ha jugado ha metido dos puntos de media.

—¿Han descartado fichar de aquí a final de temporada?

—Está claro que el equipo tiene sus déficits y que sería bueno fichar algo, pero nos debemos a nuestra economía. No hemos dejado de mirar jugadores en ningún momento. A Andreu se le ofrecieron hasta 11 jugadores dentro de nuestros parámetros. Los jugadores que salían de China, por ejemplo, el que menos pedía eran 50.000 euros al mes. Todos los demás estaban sobre 70.000. Quedaban tres meses de competición y nosotros no podemos meternos en un jugador de 200.000 euros netos, que en brutos serían 380.000 sin contar casa, etcétera. Se le dieron otros nombres al entrenador, pero o no le gustaron o no parecieron bien. Ahora, si encontramos algo que se adecúe al dinero que tenemos y a nuestras necesidades, lo pensaremos, pero por ahora seguiremos en la misma línea.

—¿No ha habido cambios en esa idea esta semana?

—Si no sale el jugador que se adecúe a lo que necesita el equipo y el dinero que tenemos, va a ser imposible. Nos queda mes y medio y seguimos sondeando, hay una lista enorme de jugadores. Sé los déficits que tiene el equipo perfectamente y el ordenador echa chispas, pero tiene que ser exactamente lo que buscamos.

—¿La plantilla era corta o se ha acortado?

-A los jugadores hay que hacerlos jugar para que puedan competir en esta Liga, y debes tener claro que los cuatro o cinco primeros partidos no lo van a hacer bien. Tenemos jugadores que podíamos haber hecho jugar más como Jonathan (Barreiro) o Miki (Servera). No podemos pretender que después de tanto tiempo sin jugar te salven los partidos.

—¿Qué les han pedido a los jugadores?

—Los jugadores lo han tenido clarísimo desde el principio. Luis habló con ellos y les dejó las cosas claras. Hay que analizar los calendarios de lo cuatro equipos que están abajo. No es una falta de respeto, pero no quiero contar a Manresa porque está muy lejos. En los demás, nos jugamos la vida en tres enfrentamientos: Joventut, Manresa y Estudiantes.

—¿Con cuántas victorias vale?

—Yo creo que con tres estamos salvados. El partido del Joventut es una final de la Copa de Europa para nosotros. Si les ganamos el basketaverage, además, sería un paso de gigante.

—¿Qué cambios ha habido en la forma de trabajar?

—Cuando las sensaciones de los últimos diez partidos eran como eran, hay que pensar solo en baloncesto. Levantarse, vivir y acostarse pensando en baloncesto. Eso de ‘voy a desconectar’ no existe. Los mejores piensan en baloncesto 365 días al año. Ahora estamos trabajando de diferente manera, con sesiones de mañana tácticas y físicas, y por la tarde entrenamiento. Entre esas sesiones se trabaja el mismo tiempo, pero con descanso. Hemos tenido muchas lesiones, pero hay que analizar por qué. No puedes estar tres horas seguidas de entrenamiento ni puede haber tantas tardes y mañanas libres que provocan que haya más dispersión.

—¿Le da tiempo para pensar en la próxima temporada?

—La idea la tenemos clarísima. Las bases son defensa, actitud y jugadores comprometidos.

—¿Temen que el equipo se caiga por su falta de personalidad?

—Los partidos decisivos no los hemos perdido en casa. Nos quedan partido muy difíciles que no vamos a perder. El equipo va a saber jugar esos partidos, está muy comprometido y no se va a caer.

—¿Cree que el otro día pudieron tocar fondo?

—Es que tocamos fondo. ¿Qué puede ser peor? Después de tocar fondo tenemos que cambiar.

—¿Qué saben de la anulación del canon ACB o de los próximos ascensos y los descensos?

—No sabemos a qué atenernos. En principio, hay dos descensos y dos ascensos. Sabemos que hay una intención de anular el canon para entrar en la ACB, por tanto es más fácil subir. Me imagino que tendrán que hacer una reunión de excepción y llegar a un acuerdo, pero no tenemos ninguna información oficial. Nosotros contamos con que bajan dos seguro. Hay doce equipos que no hagan pagado el canon y otros cinco que sí. A esos cinco habría que devolverles lo que han puesto, algo habrá que darles.