El Espanyol estuvo salvado matemáticamente durante 68 minutos en Son Moix. El club de Montjuïc, que estuvo hace unos meses a nueve puntos de la permanencia, se desintegró ayer en una segunda parte inexplicable, demencial. El conjunto de Luis Fernández se fue del partido en 17 minutos. La consecuencia de lo ocurrido en Mallorca es que el Espanyol deberá ganar al Murcia en Montjuïc en la última jornada. El grupo de Fernández depende de sí mismo. Si gana, Celta y Valladolid acompañarán al Murcia al infierno de Segunda División.

A priori, quien más dificultades tiene para lograr la permanencia es el Valladolid, que debe ganar a un Villarreal que se juega la UEFA y esperar las derrotas de Celta y Espanyol, mientras que los periquitos confirmarán su espectacular remontada si vencen al Murcia, independientemente de otros marcadores. Por su parte, el Celta se salvará si gana y el Espanyol no obtiene tres puntos, sin importar el resultado de Valladolid.

Será una semana en la que los entrenadores del Espanyol, Celta y Valladolid deberán sacar nota en el aspecto psicológico. Será cuestión de hablar, de convencer, de animar, a sus respectivos vestuarios, algunos más tocados que otros. Será una tarde de maletines, de primas a terceros, de nervios y tensión. 90 minutos de infarto.

El descenso es el infierno para cualquier club que lleva años en Primera. Es sinónimo de crisis institucional --el club catalán ha cambiado la directiva en los dos últimos descensos-- y de fiasco económico. Las plantillas del Valladolid y del Celta nunca pensaron este año en la posibilidad del descenso. Mostovoi, que dejará esta año el club vigués, dijo que uno de los problemas del Celta ha sido la falta de unión en el vestuario. El Valladolid ha llegado a su desesperada situación por levantar antes de hora el pie del acelerador y creer que ya habían aprobado el curso en enero, cuatro meses antes del final de Liga.

El Espanyol se ha visto abocado a una lamentable temporada por su cicatería a la hora de potenciar una plantilla y su errante política deportiva. La mala planificación ya se advirtió el pasado año, pero no se hizo nada en Montjuïc tras la salvación. El club blanquiazul ha firmado a 42 jugadores en tres años, a precios de saldo.