La Escuela Waterpolo Zaragoza ha conseguido el que había sido su objetivo durante los últimos años a falta de cuatro jornadas para acabar la competición. El conjunto aragonés se ha salvado del descenso después de ganar cuatro partidos de manera consecutiva, algo que no conseguía desde el curso 2010-2011, en el que encadenó cinco victorias seguidas.

Julia Tazueco, capitana del equipo, asegura que no esperaban «a estas alturas estar ya salvadas matemáticamente». En este nuevo formato de competición los tres peores clasificados de cada grupo se unían en una nueva fase en la que luchan por no descender. Con solo dos partidos disputados en esta fase ya han sentenciado su permanencia. «Llevábamos unos años sufriendo mucho para lograrlo», recuerda Tazueco, pero ahora están en «un estado de forma muy bueno».

«Es una sorpresa grata», coincide con su pupila el entrenador Fran Orizo. «Las chicas se han adaptado a las circunstancias en el tema deportivo muy rápido». Y es que al mérito de firmar la permanencia tan rápidamente hay que añadirle que, además, el equipo ha tenido que ir sorteando las consecuencias del coronavirus. La Escuela Waterpolo no ha tenido esta temporada piscina propia para competir, ya que normalmente lo hacían en la de Bomberos y esta permanecerá cerrada hasta que se dé por finalizada la crisis sanitaria. Por lo tanto, se vieron obligadas a jugar los cinco primeros encuentros, toda la primera vuelta de la primera fase, como visitantes.

No tuvieron instalaciones para ser locales hasta que El Olivar (en la sexta y la séptima jornada) y el Stadium Casablanca (de la octava hasta ahora) les prestaron su piscina para que pudiesen acabar la Liga en condiciones medianamente normales. Las jugadoras no han caído en las excusas. Tazueco asegura que, a pesar de lo relatado, «las condiciones de entrenamiento han sido buenas», ya que cuentan con la pista completa cinco días a la semana. Además, asegura que son «un buen equipo tanto dentro como fuera del agua». Con esto coincide Fran Orizo, que explica que en los entrenamientos todo el año se ha visto «muy buena actitud».

«Hay que separar los temas externos, que ahora mismo nos preocupan mucho, de lo deportivo», confiesa el técnico. Por esto lo que han intentado, según relata, es «intentar hacer los entrenamientos lo más divertidos posibles dentro del trabajo duro». Así han conseguido «que el equipo esté fresco mentalmente». También a nivel mental les ayudó, cuenta la jugadora, el partido contra el Rubí, de la primera fase, en el que remontaron y acabaron ganando 11-10 contra un equipo que ahora está empate a puntos en el grupo D.

«Ese encuentro nos dio motivación y confianza», asegura y añade que desde entonces «se han sorprendido todos» porque ganan «con holgura». «No estamos acostumbradas», ríe. Ahora, aunque las fases determinen cuál es tu lucha y ellas ya la hayan ganado, tienen todavía varios objetivos: «A corto plazo es ganar este sábado contra un equipo que no lleva ningún punto pero que puede ser difícil. A largo, quedar primeras en esta fase».