De momento, el fútbol aragonés seguirá siendo a puerta cerrada en aquellas categorías en las que el balón rueda. El Departamento de Sanidad no contempla, de momento, modificar la orden que impone que la Tercera División se juegue sin público en las gradas de unos clubs cuyas protestas por la repercusión y consecuencias de la falta de afición se han incrementado en las últimas semanas.

En Aragón, el fútbol no cuenta con espectadores en ninguna de las categorías que retomaron la actividad tras el parón general por la pandemia. No solo en la élite (Primera y Segunda división), sino tampoco en Segunda B o Tercera, en las que sí se ha abierto la puerta en algunas comunidades. No es el caso de Aragón, donde otras categorías regionales y el fútbol base ni siquiera se han puesto en marcha.

Todo eso se va a abordar la próxima semana en un nuevo encuentro entre la federación aragonesa y el Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, que, de momento, se mantiene inflexible como consecuencia de la irrupción de la cuarta ola de la pandemia en la comunidad. «Se acaban de aprobar nuevas restricciones, así que no tendría sentido hacer lo contrario en este ámbito», indicaron ayer fuentes de la consejería, a la que también se reclamará el regreso del fútbol aficionado y fútbol base. Más de 40.000 aragoneses siguen parados en estos niveles.

Pero la petición de clubs y federación no parece destinada a prosperar al menos a corto o medio plazo. Fuentes federativas subrayan la «discriminación» sufrida por el fútbol respeto a otros espectáculos en los que se permite cierto aforo, como el teatro, y que, además, se celebran en interior y no al aire libre. Además, no se habilitaría ni vestuarios ni bares ni se permitiría el movimiento de aficiones de una localidad a otra. «La salud es lo más importante y eso lo tenemos todos muy claro, pero necesitamos a la afición y que los socios puedan entrar a los campos para ver jugar a su equipo. Solo pedimos eso», indicaron fuentes federativas, que recordaron que equipos aragoneses de Segunda B, como Tarazona o Ebro han jugado en localidades de comunidades vecinas en las que sí se ha permitido el acceso de aficionados.

Al menos, los clubs, ahogados, cuentan con la partida destinada a cada uno desde la federación española (el año pasado fue de unos 140.000 euros por equipo de Segunda B y unos 40.000 en Tercera aunque esa cantidad se reducirá esta temporada debido al incremento de equipos). La primera parte ya ha llegado y el resto lo hará en febrero o marzo.