Si Manolo Jiménez estuviera todavía en el banquillo del Real Zaragoza seguramente ya nos habría deleitado con alguna de sus extravagantes comparaciones, equiparando por ejemplo a Acevedo con Santi Aragón. Como el entrenador es Paco Herrera, hombre más sensato, más moderado y menos folclórico que su antecesor, no hemos tenido el gusto de asistir a un momento así de cumbre.

El año pasado Santi Aragón era quien era, mejor ni recordarlo, y esta temporada ese papel de organizador, de futbolista con cierta calidad en el medio, algo, no mucho, pero algo distinto al resto de los mediocentros más defensivos, es Acevedo. Obviamente, al argentino no le alcanza ni por asomo para otear siquiera el nivel futbolístico de Aragón, pero entre lo que hay es el mejor para el puesto. Su ausencia prolongada por lesión se notó. Como hace bien su presencia.