Un seguidor del FIATC Joventut, Álex Molina, pasó la noche del domingo en el calabozo tras ser detenido en el Príncipe Felipe por un delito de desobediencia y resistencia a la autoridad durante el encuentro ante el CAI después de presuntamente increpar a los agentes y negarse a ser identificado. La detención de este joven, de 22 años, que pasó a disposición judicial y fue puesto en libertad al mediodía de ayer, se produjo después exhibir, junto a un grupo de seguidores de Joventut, banderas independentistas catalanas y vascas, ponerse en pie e increpar a la afición del Zaragoza, según fuentes de la Policía Nacional.

Ante esta situación, y como no dejaban ver al público, los agentes se dirigieron hacia este grupo para pedirles que depusieran su actitud, a lo que se negaron, siempre según estas fuentes. Posteriormente, procedieron a identificarlos con la intención de proponerles para una sanción administrativa por una infracción de la ley del deporte. En el transcurso de esta actuación, el joven, de 22 años, se negó a ser identificado y comenzó a increpar a los agentes, según las fuentes policiales. Molina fue puesto en libertad después de que el fiscal solicitara la conversión de la acusación en un juicio de faltas que se celebrará el 17 de octubre. El Joventut emitió un comunicado en el que demandó que los hechos se aclararan con la mayor celeridad ante la versión de que la detención se había producido solo por mostrar la bandera, y expresó su rechado hacia cualquier forma de violencia y su defensa del derecho de la libertad de expresión.