Solo quedan cinco días para que se ponga en marcha el Real Zaragoza 2017-18, al que va poniendo nombres y caras Lalo Arantegui, el hombre que ha dado un giro brutal, otro, a la plantilla del club aragonés. Han llegado seis: Alberto Benito, Simone Grippo, Ángel Martínez, Giorgi Papunashvili, Íñigo Eguaras y Oliver Buff. Faltan otros tantos, por lo menos. Algunos no tardarán. Lo confirmó ayer Arantegui, que anunció «varias contrataciones» para las próximas «48 horas». Se espera seguro a Alain Oyarzun, el zurdo de la Real Sociedad que pasó las dos últimas temporadas cedido en el Mirandés, y a Aleix Febas, centrocampista del Castilla. Además, falta el anuncio de algún delantero. En primer lugar parte Borja Iglesias, procedente del Celta B. Después queda Raúl de Tomás, el otro futbolista deseado para el ataque, que también procede de la cantera blanca aunque la pasada campaña jugó a préstamo en el Valladolid.

«En 48 horas tenemos que anunciar la contratación de varios jugadores. Espero que antes del lunes el 80% de la plantilla esté a disposición de Natxo», dijo Arantegui, que hace días que anticipó que el nuevo entrenador tendría el cuerpo de la plantilla desde el primer entrenamiento.

Hay optimismo porque muchos de los hombres que faltan están atados, también porque otros se han comprometido personalmente con el club aragonés, aunque falte la aprobación de sus respectivos clubs para cerrar el acuerdo final. «Soy muy optimista con las incorporaciones porque hay un sí personal de los jugadores en cada una de las posiciones que vamos a reforzar. No hay ningún puesto que temamos llegar a principio de temporada con escasez de efectivos. Lo que pasa es que nos espera una semana intensa, tanto en entradas como en salidas, que tenemos que ir solventando día a día».

El día a día empieza hoy con la presentación de Giorgi Papunashvili en La Romareda. El georgiano es el nombre exótico de la plantilla de la próxima temporada, un extremo que se acomoda también a posiciones interiores y en el que Arantegui tiene puesta mucha confianza. El turno de Oliver Buff llegará mañana y Simone Grippo comparecerá el viernes mientras sus voces se trufan con los anuncios de los nuevos nombres. También con otros que tienen que salir. Por ahí hay más atasco. De los 13 que estaban señalados para salir, solo se han marchado José Enrique, Edu García y Jorge Díaz. «Va a haber varios que van a empezar la temporada con nosotros, aunque tienen principios de acuerdo avanzados para salir a otros clubs. Dentro de que no es agradable esta situación, soy optimista en solucionar el futuro de estos chicos que, deportivamente, ya dijimos que tendrían más protagonismo en otros clubs».

Queda también el refuerzo de la portería, donde el elegido es Alberto, el guardameta del Getafe. Primero deberá llegar a un acuerdo de salida con su club, donde le quedan dos años de contrato. «En esa posición es en la que más pesimista puedo ser de cara a llegar el día 10, pero llegará un refuerzo la semana siguiente o a mitad de pretemporada, eso seguro. Los futbolistas elegidos tienen nombre y apellidos. Tenemos el sí de cada uno de los jugadores, pero en algunos casos pertenecen a otro club y hay que solucionar la situación a tres partes», manifestó Arantegui, que no quiso hablar de nombres propios de futbolistas que aún no han firmado por el club aragonés.

Por último, el director deportivo habló de las dificultades del mercado. «Este año sí que se han disparado las cantidades que se pueden llegar a pagar. Nosotros, desgraciadamente, somos un club más de Segunda. Ya no somos un club con ese potencial económico que pueden tener otros. Nuestra única forma de trabajar es anticiparnos al trabajo de los demás, tomar decisiones antes. No podemos llegar al inicio de mercado en las mismas condiciones que los demás porque seguramente esos futbolistas los perdemos. La base la tenemos, las operaciones vienen de lejos, hace meses, y los futbolistas son conscientes de que hay un interés real deportivo, que es lo que les importa. Este año, en las posiciones de arriba, se ha puesto muy complicado porque muchos delanteros que en un principio podían tener acomodo en Segunda División, lo van a tener en Primera, lo que reduce el número de posibilidades».