El Casademont Zaragoza afronta la semana más decisiva de su temporada en el peor momento de juego y resultados. Llegan días de pasión y resurrección y eso es lo que le toca hacer al conjunto aragonés porque afronta tres partidos en cinco días, dos de ellos cruciales para su futuro europeo. El martes recibe al Dinamo Sassari y el jueves, al Nymburk, dos citas en tres días en las que puede sellar su pase a la final a ocho o despedirse prácticamente de ella. Además, el sábado visitará al Gran Canaria en su regreso a la Liga Endesa tras la jornada de descanso.

Después de la durísima derrota en Bamberg, el margen de error se ha reducido para el Casademont que, además, tiene perdido el averaje con el conjunto germano. El equipo de Sergio Hernández sigue liderando su grupo con dos victorias y una derrota pero ha disputado un partido más que sus dos próximos rivales, que han tenido que estar en cuarentena. El Casademont ya ganó en Cerdeña (83-95), en uno de sus mejores partidos del año, por lo que otro triunfo ante el equipo de Pozzecco le daría una ventaja definitiva sobre el Dinamo Sassari.

El conjunto aragonés ha tenido unos días extra por la jornada de descanso de la Liga Endesa en los que trabajar lo mucho que tiene que mejorar básicamente en dos facetas, el rebote y la defensa. En las últimas cuatro derrotas ha encajado cien o más puntos (100 contra el Joventut, 107 en Barcelona, 113 ante el Estudiantes y 117 en Bamberg), algo que no había sucedido en sus doce temporadas en la élite. Como mucho, hasta ahora había enlazado dos derrotas de esas características en tres ocasiones en las temporadas 2016-17, 2017-18 (en las dos últimas jornadas de Liga) y en la 2019-20.

Los datos

La defensa ha sido casi siempre un problema para este Casademont en un curso irregular, con muchos problemas, lesiones y cambios en el equipo. El elevado número de posesiones al que juega (de los mayores en ACB y el mayor en la Champions) solo explica en parte esos elevados guarismos y, aun así, en las últimas jornadas se han disparado hasta límites injustificables desde todo punto de vista. Es un problema colectivo e individual.

En Bamberg tocó fondo recibiendo 117 puntos sin prórroga, la cifra más alta en todos sus años en la élite en cualquier derrota. En dos partidos recibió más puntos pero acabó ganando. Es la cifra más alta en todas sus participaciones europeas después del 108-104 registrado en Bonn en la 13-14, también sin tiempo añadido. Fue asimismo la peor derrota (41 puntos de diferencia) después del 103-68 en la pista del Galatasaray en la Eurocup 2015-16. En la ACB ha caído por 45 puntos en dos ocasiones, contra el Gran Canaria y el Valencia. Es la sexta peor derrota de su historia en la élite.

La tendencia es aterradora, con esa progresión creciente de puntos encajados, por lo que se impone una mejora, una resurrección en toda regla en esta Semana Santa en la que se va a jugar su futuro europeo. El objetivo del club es la Champions y sus opciones se van a decidir en los próximos cuatro días.