De Gea y 10 más. Para Hierro no hay debate alguno. En Moscú, estará mañana el portero del United entre los palos. Costa y 10 más este domingo. Para Hierro, amparado en la fuerza de los números (tres partidos, tres goles en el Mundial del nueve del Atlético), no hay duda posible. En realidad, son De Gea y Costa más ocho más porque siempre hay una pieza que baila. Una pieza que no tiene dueño fijo. Un lugar estratégico en el engranaje de España porque se trata de acompañar y, sobre todo, arropar a Busquets, el único faro que se sostiene en el centro del campo.

O sea, falta el Xabi Alonso de Busquets en el 2010. El otro pilar para equilibrar a una selección que ha perdido el control del juego, tanto futbolísticamente como emocionalmente. Por ahí han desfilado tres jugadores: Koke fue el elegido en el partido inagural (aquel trabajado empate contra Portugal). En el segundo, ante Irán, dejaron solo a Busi porque Hierro prefirió colocar a Lucas Vázquez anclado en la banda derecha, retrasando, eso sí, la posición de Silva. Y en el tercero contra Marruecos fue Thiago quien asumió el rol de guardaespaldas de Busquets.

No lo hizo tan mal como pareció si se analizan sus estadísticas: 86 pases buenos de 87, rozando prácticamente el cien por cien. Más aplicado y responsabilizado que nunca el aún centrocampista del Bayern de Múnich. Aparece ahora Rusia y sigue el casting en busca del socio de Busquets. Pero España lo que necesita, como recordó ayer el propio Thiago, es abandonar los miedos, sentirse protagonista de verdad y reencontrarse con su fútbol. «No podemos vivir con el miedo a fallar, queremos dar velocidad al equipo y tener la posesión del balón para desarmar al rival», contó el exazulgrana. Pide ser esa selección autoritaria desde el gobierno del balón, algo que ha perdido nada más aterrizar en Rusia. «El Mundial no se pierde, se gana y punto», gritó Thiago con energía en busca de las esencias que se han ido quedando en el camino, obligada la selección, con De Gea y Costa como titulares, a desempolvar (si puede, claro) aquel espíritu libre y aventurero que le caracterizaba.

Han sido días duros ahí dentro. En esa academia de Krasnodar, que abandonaron ayer camino de Moscú. Duros de autocrítica por todo lo que hicieron mal (y fueron muchas cosas) ante Marruecos. «Soy muy realista. Hemos sido primeros, pero no hemos hecho el mejor fútbol. Hago autocrítica», confesó Thiago, que siguió la misma línea de Dani Carvajal el día anterior.