El Sevilla recibe al Spartak Moscú obligado a ganar para aferrarse al tren de la Champions, en la cuarta jornada del Grupo E, y remontar de paso el vuelo ante las dudas que le asaltan, frente a un rival peligroso que le ridiculizó en la capital rusa (5-1) y también busca los octavos. El conjunto español llega a esta antepenúltima jornada acuciado, al jugarse casi todo su futuro en el máximo torneo europeo en 90 minutos, aunque también motivado y concienciado de la necesidad de superar los titubeos que desprende su juego y resarcirse de forma definitiva de su semana horribilis, con tres derrotas seguidas y muy dolorosas (1-0 en Bilbao, 5-1 en Moscú y 4-0 en Valencia).

Al Sevilla del argentino Eduardo Berizzo, que aún busca la llave para dominar los partidos aunando la seguridad atrás con una presión alta y un ataque vertical y efectivo, sólo le vale vencer, más para recuperar sensaciones y volver a adelantar al Spartak en el grupo para repetir en octavos que para desquitarse de esa dura goleada.

Para ello, los andaluces, terceros con cuatro puntos en un grupo que colideran con cinco Spartak y Liverpool y cierra con uno el Maribor, confían en el apoyo incondicional de su afición, en la fuerza del Sánchez Pizjuán, donde llevan casi un año sin caer en Europa (desde el 22 de noviembre, 1-3 con la Juve) y se han asegurado completar un año sin perder en Liga (desde el 6 de ese mes, 1-2 ante el Barça). Siguen de baja por lesión los dos capitanes y centrales, el luso Daniel Carriço y el argentino Nico Pareja, ex del Spartak, así como el delantero argentino Joaquín Correa y el lateral francés Carole.