El Sevilla se impuso ayer por 4-0 y deja prácticamente sentenciado su pase a las semifinales de la Copa del Rey ante un Atlético de Madrid que especuló mucho con el resultado en la primera parte y que en la segunda no supo dejar la eliminatoria algo más clara para la vuelta del Vicente Calderón. Manzano dejó de salida en el banquillo a jugadores de mucho peso en el esquema atlético, como el delantero Fernando Torres o el centrocampista Ibagaza, y lo terminó pagando caro.

Ese dispositivo defensivo del Atlético otorgó el control del partido al Sevilla, que fue el que más y mejor lo intentó frente a un encerrado rival. La lógica se dio a los diecinueve minutos, cuando un buen pase de Redondo lo remató de cabeza Darío Silva (1-0) ante el error de Burgos. No hubo mucho tiempo para la reacción del Atlético. Cinco minutos después una contra sevillista la culminó el internacional Reyes en el 2-0 y otros cinco minutos más tarde, el zaragozano Pablo Alfaro, de cabeza a la salida de un córner, puso el sorprendente 3-0.

CAMBIOS Tras el descanso, y ya con Fernando Torres e Ibagaza sobre el terreno, se vio a un Atlético muy diferente y descaradamente al ataque. El partido estuvo muy abierto. Los de Gregorio Manzano desaprovecharon sus ocasiones para acortar las distancias y el Sevilla, en el minuto 73 y de lanzamiento libre directo del brasileño Julio Baptista, puso el 4-0 ante el delirio de la afición local.

De ahí hasta el final, los jugadores andaluces dejaron pasar minutos y controlaron bien en defensa, mientras que el Atlético de Madrid no supo cómo marcar el llamado tanto del honor y que pudiera dejar algo ilusionante para la vuelta.