¿Quién no ha soñado con aprender a montar en bicicleta con Induráin, recorrer el asfalto en moto junto a Angel Nieto, ensayar un swing con Tiger Woods o retar a un mate a Air Jordan? Quizá ella no se haya convertido en millonaria gracias al deporte, pero también ha sido campeona del mundo --15 veces--, atesora más de 200 medallas de todos los colores y su nombre fue referente indiscutible en su disciplina. Aquellos días de gloria quedaron atrás y ahora Sheila Herrero busca su satisfacción en la sonrisa de los casi 500 chavales que pertenecen a su recién nacida escuela de patinaje. La iniciativa, que comenzó con el curso escolar y ha gozado de una exitosa aceptación, celebró el pasado domingo la primera jornada mensual de dinamización en el velódromo de Zaragoza, donde padres e hijos contemplaron, por unas horas, el mundo sobre las ruedas de unos patines. "Aquí no estamos para hacer carreras, sino para divertirnos y aprender", recuerda a los pequeños, que no cesan de dar vueltas al circuito. Después de recordarles la importancia de llevar las protecciones --coderas, rodilleras, muñequeras y casco--, la gitana dorada , como le apodaron en el Mundial de Colombia, relata alguna anécdota: "No patinéis por la calle, está prohibido. Una vez me pusieron una multa". La escuela cuenta con 12 monitores que se reparten por los más de 20 centros escolares adheridos. Próximamente se abrirá una sección dedicada a mayores de 16 años. Tanta demanda la ha pillado por sorpresa: "Desde que me retiré, hace más de un año, no ha cuajado ninguno de los proyectos que me habían prometido. Pero el cariño de la gente te ayuda a superar los malos momentos".