Se ve el Madrid ya en su segunda final consecutiva de la Liga de Campeones, la tercera en cuatro años, pero Zidane se negó en redondo a adelantar acontecimientos, lo mismo que Simeone a dar al Atlético por vencido, pese a que en el club rojiblanco ya se afanan en anular las reservas para Cardiff. El equipo rojiblanco fue primero menospreciado desde la grada y después zarandeado por su rival, liderado nuevamente por Cristiano Ronaldo en otra noche de gloria personal antes que colectiva del conjunto blanco.

«Decidme qué se siente», fue la gigantesca leyenda, colocada entre los nombres de Milán y Lisboa, con que el fondo sur recibió al Atlético para recordarle los triunfos blancos en las finales del 2014 y 2016. No impresionó en apariencia al conjunto colchonero a tenor de cómo arrancó el encuentro, pero visto lo sucedido seguro que alguno ya maquina algún mensaje un poco más humillante para la próxima vez que se encuentren los dos equipos madrileños.

INSTINTO ASESINO

Olió la sangre el Madrid tras algún momento de duda en el segundo tiempo, algún titubeo a la hora de ir a aclarar un poco más la eliminatoria, pero el instinto asesino de Ronaldo no falló. Si al Bayern le clavó cinco en los cuartos de final, al Atlético ya le ha marcado tres en la semifinal. Casi nada los registros que acumula el portugués. 400 goles con la camiseta blanca y 47 tripletes dan una ligera idea de lo que significa para el equipo blanco desde su llegada. Es un jugador muy distinto al de entonces, pero su voracidad y precisión como rematador indican que su futuro como delantero centro puede prolongarse todavía un buen trecho.

Tampoco la estrella portuguesa quiso dar la clasificación como cosa hecha. «El equipo ha estado fenomenal. Tenemos una buena ventaja, pero la eliminatoria no está cerrada. Hoy afortunadamente entraron los balones, pero falta un partido contra un rival muy fuerte y hay que estar muy concentrados para el próximo miércoles», declaró el goleador blanco, que aprovechó la ocasión para volver a pedir que no haya pitos en el Santiago Bernabéu, ni para él ni para ninguno de sus compañeros, porque algún que otro silbido se oyó dirigido a Benzema, decisivo por cierto para que Ronaldo pudiera anotar el segundo tanto, en una jugada que fue clave en el partido.

Simeone no iba a ser menos. Ante la insistencia de los periodistas en señalar que solo un milagro puede evitar que el Atlético sea apeado, el técnico rojiblanco no dejó de refugiarse en las mínimas posibilidades que le quedan.

«Algunas veces suceden cosas inesperadas, yo creo que aún tenemos opciones. Es dificilísimo, complicadísimo, pero es fútbol y el fútbol tiene cosas inesperadas y por eso es maravilloso... Tengo sensación de tranquilidad, más que nunca. Vamos a intentar algo imposible, que como nos llamamos Atlético posiblemente seamos capaces», comentó el Cholo, que no negó la superioridad madridista: «El fútbol es lo que sucede en el campo y el rival fue mejor, sobre todo en lo concreto que fue. Y, ante eso, felicitarlo. Cuando suceden este tipo de situaciones, hay que felicitar al rival, irse a dormir y descansar».