El central del Real Zaragoza, Simone Grippo, renovó ayer una temporada más su contrato con el conjunto aragonés', que finalizaba al final del presente curso, de manera que extiende su relación con el club hasta el final de la campaña 2019/2020.

El zaguero suizo se despidió de la temporada el pasado 4 de noviembre por una grave lesión en la rodilla en el duelo en La Romareda ante el Granada (0-2), y, a pesar del contratiempo, la entidad zaragocista le ha ofrecido ampliar su contrato.

Un hecho similar al experimentado con el jugador polaco Cezary Wilk, que en mayo de 2017, tras ser operado por tercera vez en el ligamento cruzado de su rodilla derecha, renovó con el cuadro zaragocista un año más para que continuase su recuperación y, a su vuelta, decidir si se le inscribía para el tramo final de la pasada campaña.

Grippo fue una de las apuestas del director deportivo del Real Zaragoza, Lalo Arantegui, con el fin de ser uno de los líderes de la defensa blanquilla a las órdenes de Natxo González, actual técnico del Deportivo de La Coruña.

El central llegó en verano del 2017 junto a su compatriota Oliver Buff (ya traspasado al Anorthosis Famagusta de Chipre), Íñigo Eguaras y los laterales Ángel Martínez y Alberto Benito procedentes del Reus.

Su primera campaña, la 2017/2018, estuvo marcada por varias lesiones que fueron un impedimento para que el experimentado zaguero suizo alcanzase su mejor versión, a pesar de que su nombre siempre apareciese en el once del técnico vitoriano.

Ya en su segunda temporada como jugador 'blanquillo', sin atender a los resultados del grupo, Grippo comenzó el curso a buen nivel bajo la tutela de Imanol Idiakez, pero en la visita del Granada al estadio zaragocista, con Lucas Alcaraz estrenando el banquillo de La Romareda, un desafortunado lance del juego afectó de gravedad a la rodilla del central suizo.