El Zaragoza encajó, de manos de Alexander, un gol en el descuento en Huesca y, al comienzo de la segunda parte, en el 52, otro de Borja Lázaro. La historia es habitual en esta Liga, incluso casi fija en los últimos tiempos. De hecho, de los 34 goles que ha recibido desde que arrancó el curso, 11 los encajó en la primera parte y 23, más del doble, tras el descanso. Solo el Sevilla Atlético, que ha encajado 25 de sus 29 tantos tras el intermedio, presenta un balance más desfavorable que los zaragocistas en toda la Segunda División.

Es más o menos habitual que los equipos reciban más dianas en la segunda mitad, con el partido ya más abierto y los jugadores más cansados, pero llama la atención que la diferencia sea tan escandalosa, lo que ya revela un claro problema de atención defensiva en el tramo final de los encuentros.

Y es un problema que, lejos de mejorar en esta Liga, ya que el primer tanto que recibió el Zaragoza esta campaña fue del UCAM en el minuto 93 del debut, obra de Imaz, ha ido a peor. Así, 16 de los últimos 18 tantos encajados por el Zaragoza han sido en el segundo acto.

Desde que el Elche doblegó al equipo entonces dirigido por Luis Milla en una primera parte con tres dianas, allá por la jornada 10, la mayoría de malas noticias en forma de goles encajados han llegado tras el descanso. Solo el anotado por Salvi en Cádiz (m. 8) y el de Collantes por parte del UCAM (m. 26) se libran entre las 18 últimas veces que el portero zaragocista tuvo que recoger el balón de sus redes. Las otras 16 veces fueron tras el intermedio.

Y, por si fuera poco, un buen número de ellas llegaron en los últimos compases. 11 de esos 16 goles se produjeron en el último cuarto de hora y seis de ellos en la recta final, en los últimos cinco minutos y la prolongación, cuando más duele el puñetazo del rival, sobre todo si esa diana en los últimos compases significa que se escapen puntos, lo que pasó ante el Lugo o el Getafe.

Seis goles dolorosos

En Huesca, Alexander introdujo dudas en la victoria zaragocista al hacer el 2-3 con el tiempo cumplido, aunque el árbitro pitó de inmediato, historia que ya se había vivido en Vallecas ante el Rayo, con el penalti transformado por Javi Guerra en el minuto 91 para firmar el 2-1, o contra el Oviedo en La Romareda, ya que Varela acortó distancias en el 86, pero se mantuvo la renta.

Mientras, Alcaraz cerró la cuenta de la victoria del Girona en el primer partido de este año 2017 en el descuento del pleito para hacer el 0-2 y Fede Vico, también en la prolongación, ofreció todo un jarro de agua fría hace nueve días en La Romareda al marcar desde fuera del área el 1-1 y lograr que el Lugo se llevara las tablas del Municipal y acentuara la crisis zaragocista. Resta un gol de esos seis mencionados cuando el partido agonizaba en la historia reciente. Jorge Molina firmó el triunfo del Getafe en el Coliseum con un penalti cometido por Bagnack sobre el propio delantero a falta de tres minutos para el final del choque.