Raúl Agné ya habló con la plantilla del Real Zaragoza antes del entrenamiento matinal realizado en las instalaciones de la Ciudad Deportiva como si estuviera cesado. El técnico aragonés les dijo a los jugadores que estaba seguro de que le iban a echar, como así se confirmaría luego por la tarde, y que no pensaba que el fuera el principal problema de la mala situación del equipo. Que había otros problemas. Agné les insinuó a los futbolistas que en algunos casos no habían tirado todos del carro a la vez y que la implicación no había sido la misma por parte de todos ellos.

También se lamentó de que muchos jugadores no hubieran podido trabajar durante bastantes semanas con el grupo y que eso no era beneficioso para la preparación de los partidos. La actual plantilla del Zaragoza tiene varios futbolistas de riesgo y eso les obliga a trabajar a menor ritmo en los entrenamientos para luego poder participar en los partidos. A ello se ha unido que varios de los refuerzos fichados en el mercado invernal no han llegado en el mejor estado físico de forma. Entre ellos el griego Georgios Samaras, que hasta ahora casi no ha participado en los partidos. En estos momentos el único titular fijo estaba siendo el portero Sebastián Saja.

El técnico de Mequinenza ya había dicho tras la derrota sufrida ante el Sevilla Atlético que «si el problema fuera yo no hay ningún problema». Y en esa línea fue ayer su discurso ante la plantilla zaragocista a modo de despedida y sin haber estado todavía cesado oficialmente. Raúl Agné ha contado con el apoyo de los pesos pesados de la plantilla, pero los malos resultados del equipo han terminado por defenestrardo. El técnico aragonés deja el Zaragoza a tres puntos de los puestos de descenso y con el objetivo de cerrar la permanencia cuanto antes cuando restan doce jornadas para la finalización del campeonato. Ahora entrará en juego César Láinez.