Se fue del Madrid porque tenía imposible jugar. Raúl, Ronaldo y Morientes le cortaban el paso, ya que aún no había llegado Owen. Javier Portillo (Aranjuez, 1982) se marchó cedido al Fiorentina con la máxima ilusión. Su único objetivo era jugar minutos y demostrar a toda Europa que sus históricos registros en las categorías inferiores del Madrid tenían algún fundamento. Pero la aventura italiana se le está atragantando al ribereño, que todavía no ha marcado ni un solo gol en la Liga.

Mentar el nombre de Portillo en Madrid hace unos meses era como citar al niño prodigio, al sucesor de Raúl, al nuevo Hugo Sánchez. Muchos aún recuerdan su debut ante el Panathinaikos, en marzo del 2002, cuando marcó un golazo. Pero el máximo goleador de la historia del fútbol base merengue (marcó más de 700 goles desde 1994, cuando Del Bosque dio el visto bueno para que entrara en los infantiles) se está estrellando en el calcio . Sólo ha marcado en la Copa. Y eso que sus inicios fueron espectaculares. Marcó cuatro goles en los dos primeros amistosos de pretemporada. La prensa italiana lo comparó con Pippo Inzaghi y le apodaron el Bomber, por su facilidad para rematar en el área. Se convirtió, incluso, en el jugador que vendía más camisetas de su equipo, sólo por detrás de Nakata.

Cambio de técnico

Aquel comienzo fue un espejismo. La llegada del internacional Fabricio Miccoli le relegó a la suplencia. En los siete partidos con Emiliano Mondonico sólo disputó 228 minutos. Unicamente fue titular en dos partidos y salió en la segunda mitad en otros cinco. El preparador fue despedido el pasado lunes por la pésima marcha del club, que ocupaba la 14º posición y sólo había marcado cuatro goles. "Jugamos muy atrás, somos un equipo defensivo. Todo está sujeto a la táctica", llegó a decir Portillo antes del adiós de Mondonico.

El entrenador de porteros, Sergio Buso, cogió las riendas de los violetas, que ganaron al Reggina (1-2) el miércoles pasado. Ayer, golearon al Lecce (4-0) y ya ocupan puestos de UEFA. En esa reacción no ha habido ni rastro de Portillo, que no ha jugado ni un minuto en los dos últimos pulsos. Miccoli, el danés Jörgensen y el prometedor nigeriano Chris Obodo están por delante de Portillo, que vive pendiente de la respuesta de Héctor Cúper, que tiene una oferta para dirigir al conjunto toscano.

Aunque la cesión acaba el 30 de junio, este ostracismo ha llevado a Portillo a meditar su regreso al Madrid en enero para que el club blanco decida su futuro. El delantero tiene contrato con los blancos hasta el 2007. Pero si Camacho lo descartó porque tenía a Ronaldo y Morientes, ahora con Owen las dificultades son todavía mayores. Además, las polémicas declaraciones de su padre Julián, en las que culpó directamente a Raúl de su salida del Madrid, tampoco benefician a Portillo, que vive los peores momentos de su prometedora carrera.