Santiago Solari, técnico del Real Madrid, pidió ayer protección para su capitán, Sergio Ramos, y que la prensa no mienta, como respuesta a la publicación de dos presuntas irregularidades en controles antidopaje por el semanario alemán Der Spiegel, tras una filtración de Football Leaks.

El entrenador aseguró que «Sergio Ramos es un hombre honesto y un emblema del Real Madrid, del fútbol y del deporte español», por lo que «es un deber de todos protegerlo, también del periodismo cuya razón de ser es la búsqueda de la verdad». «Luego están las posturas y las opiniones, pero la verdad no es opinable y mucho menos cuando mancilla el honor de las personas. Si se publican mentiras la profesión de periodista pierde su razón de ser y nos afecta a todos», añadió.

Y en medio de todo este revuelo llega la Champions en Roma (21.00 horas) en un duelo para olvidar las penas de la dura derrota en Eibar. Solari había empezado a ensamblar secciones de cielo azul en las esquinas, pero cuando el puzzle del Madrid se empezó a complicar, todas las piezas se desperdigaron bruscamente, como una baraja de cartas ante la ira de un niño frustrado.

El técnico argentino tiene que deshacer el camino recorrido y empezar a construir desde el principio, sin la certeza de que la caja contenga todas las piezas, las bellas y glamurosas, pero también las parcas y resistentes; ni de que se conserven en óptimas condiciones.

Superada la etapa de interinidad con poco más que la diferencia de nivel con el rival y la fortuna, Solari estrenó su flamante contrato hasta el 2021 con un partido fatídico en Eibar, en el que se vieron todas las costuras de una plantilla hecha jirones que recuperó una tendencia negativa ya instalada en el equipo, sobre todo en la competición doméstica.

LA TITULARIDAD DE ISCO

Después de cinco suplencias en los cinco partidos de Solari, las circunstancias empujan a un sentimiento colectivo de que la oportunidad de titular de Isco no se puede demorar. Aún con la baja de Casemiro, el malagueño se quedó en el banquillo en Eibar, pero el fracaso de la solución Ceballos no deja muchas variantes a un Solari para el que prescindir sistemáticamente de Isco puede ser un lujo inaccesible.

Con Bale y Asensio desaparecidos en combate, se presume innegociable la vuelta de Lucas Vázquez a la alineación. Benzema se salva de la quema en una hoguera que ha atrapado de lleno a Mariano, fuera de la convocatoria en Eibar (tras dos semanas con el alta y entrenando) en favor de un Vinícius aterrizado pocas horas antes de sus partidos con las inferiores de Brasil. Con Odriozola, Nacho y Reguilón de baja en defensa, el Madrid viajó a Roma con los presumibles titulares (Carvajal, Ramos, Varane y Marcelo) y el canterano Javi Sánchez, por delante de Vallejo en las preferencias de Solari.

En la vuelta a empezar de Solari, la Roma (el único éxito de Lopetegui de blanco) acude al partido con unas dudas en Liga que no le han abandonado durante el último año, con una derrota en el fin de semana (1-0 ante Udinese) entre bajas y rotaciones. Contra el Madrid no estarán De Rossi, Pastore y Perotti, pero Di Francesco recupera a Kolarov y Manolas.

Son dos plantillas a las que su rendimiento en Champions, por encima de su verdadero nivel, les está pesando como una piedra a un esclavo egipcio en plena construcción de las pirámides. Ganador y semifinalista de la última edición, Roma y Madrid comandan su grupo de forma solvente (el que gane asegura la primera plaza) con la connivencia involuntaria del CSKA y del Viktoria Pilsen, pero revelan problemas recurrentes en la Liga.