El talón de Aquiles del Real Zaragoza resalta con una simple visita a la clasificación de Primera. Víctor Múñoz conduce un conjunto fuerte, poderoso bajo la protección de La Romareda, pero se vuelve una sombra de sí mismo, famélico y quebradizo fuera de ella. Tras perecer en Soria, ante el colista, el cuadro aragonés sólo ha sumado tres puntos en los siete partidos que ha disputado como visitante. Esta marca es una de las más negativas de la reciente historia del club y hay que remontarse hasta 25 años atrás para encontrar guarismos inferiores.

Sirviéndose del mismo espacio temporal (7 partidos), la suma de tres empates como visitante ha sido una cota superada con facilidad por los diferentes Zaragozas. Para hallar una renta peor hay que hundirse en el pasado hasta la temporada 78-79. Una cioriosidad une ambos inicios entre curvas. Ese apunte tiene nombre propio y es Víctor Muñoz. Con él como centrocampista titular y con Boskov como entrenador, el equipo aragonés, recién ascendido tras un breve paso por Segunda, tuvo que esperar hasta su octavo viaje (2-2 en Bilbao) para puntuar. Antes de esto, en siete jornadas, sólo conocía la derrota. Esa campaña se obró la permanencia por los pelos (decimocuarto) y se terminó la temporada sin vencer a domicilio.

Una década después de este arranque funesto, el Zaragoza vivió la misma experiencia que hoy es su presente. En siete partidos como visitante se llevó un pobre botín de tres empates (Oviedo, Vigo y Bilbao) y cuatro resbalones (Osasuna, Real Sociedad, Real Madrid y Barcelona), los mismos números de Víctor Muñoz, en la temporada 88-89. Esa tendencia sería rectificada y el equipo entrenado por Antic cerraría la competición ganando su clasificación para la Copa de la UEFA.

EL TERCER PEOR En toda la Liga sólo hay tres rivales que tengan un recorrido menos exitoso que el Zaragoza cuando se echa a la carretera. El propio Numancia (0 puntos) y el Getafe y el Athletic (1 puntos) son turistas incluso más benévolos que los aragoneses. Las cifras goleadoras reflejan también esa carestía de resultados. Tres goles ha celebrado el Zaragoza bajo los cánticos de una afición opuesta por los catorce con los que ha disfrutado el graderío de La Romareda. Por contra ha encajado 10, un balance que acierta a interpretar la fragilidad del cuadro de Víctor Muñoz cuando coge las maletas.

Málaga (0-0), Valencia (0-0) y el Calderón (1-1). Tres escenarios, tres empates. En el resto de los desplazamientos el Zaragoza ha perecido para completar una cosecha decepcionante. Así ha pasado en el Camp Nou (4-1), en El Sardinero (1-0), en El Madrigal (2-0) y el pasado domingo en Los Pajaritos (2-1). Estas derrotas y el último traspiés en La Romareda frente al Mallorca, después de encadenar cinco triunfos consecutivos en casa, han lastrado al conjunto de Víctor Muñoz y lo han convertido en el segundo peor equipo del mes de noviembre. En este periodo sólo ha sumado dos empates, dos puntos, sólo uno más que el Málaga, el colista del penúltimo mes del año. Este pinchazo le ha llevado de la zona Champions al undécimo puesto.Víctor Múñoz ha visto con sus propios ojos a un Zaragoza más escualido en sus desplazamientos.

INICIOS FULGURANTES En sentido contrario, el Zaragoza ha protagonizado inicios fulgurantes como visitante. En los últimos tiempos resaltan las temporadas 96-97 y 97-98, en la que se almacenaron 13 puntos en siete partidos. Curiosamente, durante el último descenso (2000-01), Rojo consiguió un elevado tesoro en campos contrarios y sumó 10 puntos inservibles para la salvación.