Carmen Asensio es una guerrera del asfalto. La simpática atleta del Running Zaragoza lleva muchos maratones en sus piernas. La mañana de ayer nunca la olvidará la segunda clasificada del Maratón de Zaragoza. «Para mí ha sido una semana complicada desde el lunes. Manuel, mi padre, está muy grave en el hospital. He salido con un dorsal dedicado a él y ha tirado más el corazón que las piernas. Tras la prueba le he llamado al hospital para darle mi buena noticia», explicaba Asensio tras llegar la segunda a la meta.

El maratón del año pasado fue nefasto para Asensio. «A la media hora de llegar a meta me descalificaron del tercer puesto. En el kilómetro 30 entró un Carmen Asensio es una guerrera del asfalto. La simpática atleta del Running Zaragoza lleva muchos maratones en sus piernas. La mañana de ayer nunca la olvidará la segunda clasificada del Maratón de Zaragoza. «Para mí ha sido una semana complicada desde el lunes. Manuel, mi padre, está muy grave en el hospital. He salido con un dorsal dedicado a él y ha tirado más el corazón que las piernas. Tras la prueba le he llamado al hospital para darle mi buena noticia», explicaba Asensio tras llegar la segunda a la meta. El maratón del año pasado fue nefasto para Asensio. «A la media hora de llegar a meta me descalificaron del tercer puesto. En el kilómetro 30 entró un compañero a tirarme y yo no percibí el detalle. Mi padre estaba en la Plaza del Pilar chillando porque me habían quitado el podio», recordaba la atleta veterana.

La Plaza del Pilar volvió a ser el centro neurálgico desde las siete de la mañana hasta que el último corredor llegó a la meta tras cinco horas de esfuerzo sobre el asfalto. Ya habían pasado de la una de tarde y ya se habían entregado los trofeos del maratón. Los 10K llenaron de espectáculo una ma- ñana que hubiera tenido una laguna de animación. Fue una carrera de gran nivel en la que participaron 2.200 corredores. Lo malo para los ganadores es que no se llevaron lo que habría sido un justo premio en metálico. Es algo en lo que tiene que mejorar la prueba del Running Zaragoza.

Alberto Sábado dio calidad a la carrera y se escapó a 800 metros de la meta de Eduardo Menacho en una prueba que fue dos tercios por la margen izquierda. Tercero fue Jesús Olmos. En la carrera femenina también hubo mucha calidad. Ganó una clásica del fondo, Beatriz Martí- nez, que recibió la ayuda de su pareja, Juan Carlos Dutrey. Segunda fue la júnior Érika Torner y tercera la veterana Laura Clavería.

Las emociones llegaron a su máxima expresión cuando llegaron a la meta el grupo anaranjado de atletas de María José Pueyo que homenajearon a Juan Murillo, que falleció hace tres semanas en el medio maratón de Zaragoza. Comenzó la carrera Pueyo y se fueron sumando hasta medio centenar de atletas a la oscense. Llegaron en 3.34 horas, un tiempo mejor de el que esperaba hacer el recordado Juan. «He corrido hasta el kilómetro 10. Llevaba el gemelo dolorido y lo he dejado en el 20. Después he aparecido en el 41 y hemos entrado todos juntos en la meta», decía Pueyo. Carlos Martín corrió los 10K y después se unió alcitado grupo a partir del kilómetro 35. «He tenido un cúmulo de sentimientos bonitos. Todo lo que diga de Juan es poco», explicaba Martín en meta. .