Había ganas en La Romareda de ver al porrón de caras nuevas que presenta el nuevo proyecto de Lalo Arantegui y Natxo González. Eran muchas, no jugaron todas en el Memorial Carlos Lapetra (circunstancia extraña) y algunas dejaron más sombras que luces; sorpresas, sonrisas y lágrimas. De inicio salieron al campo ocho nuevos de los once, todos menos Ratón, Javi Ros y Pombo.

Comenzando por lo positivo, que lo hay a pesar del resultado y del juego exhibido, pobre en cualquier caso, hubo jugadores que terminaron de ganarse un puesto para el once inicial de Tenerife. Quizá la sorpresa más grata fue la de Febas, porque el buen rendimiento de Eguaras cada vez es más real y visible. El menudo futbolista de Almacellas se vació sobre el césped, no paró de correr, de presionar y de incordiar. Hasta ahí, todo pundonor. En suma, también demostró que posee esa chispa especial para ver el juego antes que nadie, aguantar la pelota y buscar el último pase.

Volviendo al Eguaras, el centrocampista navarro cometió algún que otro error en la entrega, pero exhibió mucho recorrido, claridad en el juego, no se complicó en exceso y dio algo de criterio a la elaboración blanquilla. Lo negativo es que no llega a todo, como es lógico, porque en muchos compases es el encargado de la destrucción y de la elaboración.

De los nuevos, otros destacados fueron Borja Iglesias, Toquero y Alain. El primero poca participación tuvo y fue lejos de su hábitat natural. Aún así, su ayuda a la hora de bajar el balón y de combinar resultan útiles. Con el 0-2 salieron los dos segundos y ofrecieron con su trabajo un soplo de aire fresco. El pelado despertó a una fría Romareda y Alain quizá no tuvo mucha fortuna, pero dejó destellos de lo que se espera de él: desborde, disparo lejano y centros al corazón del área.

Problemas defensivos

Entre las notas negativas, destaca sobre todo la parcela defensiva. La cifra de goles encajados en la pretemporada asciende a nueve y eso poco tiene de casualidad. Grippo, con sus fallos, sobre todo en la salida de balón, sigue siendo el más fiable. Alberto Benito y Ángel suelen incorporarse bien al ataque, pero la basculación defensiva del equipo para llenar el hueco dejado no llega al aprobado antes de llegar a septiembre.

Eso sí, Verdasca fue el que más desesperó por momentos a la parroquia blanquilla. Tiene destellos de buen central, es expeditivo al corte, pero sus limitaciones a la hora de sacar el balón provocan muchos, demasiados errores. Ayer, un palo y varios sustos. La pareja de Grippo, llámese Diogo o Jesús (los más probados hasta la fecha), no termina de funcionar. Por último, en banda Buff no logró lucirse. Al suizo le faltó verticalidad y ser más atrevido.

De los convocados, La Romareda no pudo ver a ningún ascendido desde el filial ni a Papu, con un golpe según explicó Natxo. De momento, el Real Zaragoza es un conjunto que, valga la redundancia, no juega conjuntado; y más frágil que fiable. Lanzarote ya no pertenece oficialmente al club y, cuando se den el resto de salidas, la idea es firmar a un atacante y a un central. El equipo aragonés tiene mucho que mejorar, pero hay margen. El termómetro, para el viernes en Tenerife.