El Spartak de Moscú respondió con contundencia a las acusaciones que está recibiendo por la violencia de sus seguidores más radicales, que causaron diversos altercados en Vitoria y Bilbao, donde se vivió una batalla campal antes del choque de la Europa League del pasado jueves. La muerte de un ertzaina agravó la barbarie y devolvió al primer plano de la actualidad una lacra que preocupa especialmente a cuatro meses del inicio del Mundial.

El vicepresidente del Spartak de Moscú, Nail Izmáilov, acusó a la prensa española y a los aficionados radicales del Athletic de provocar los incidentes violentos, en los que murió a consecuencia de un infarto el ertzaina Inocencio Alonso García. «Sabíamos desde el principio que no seríamos bien recibidos en Bilbao. Primero fueron las publicaciones en la prensa sobre los aficionados del Spartak, luego las marchas de los radicales locales y las fuertes medidas de seguridad. Estaba claro que habría provocaciones», dijo Izmaílov. «Cuando te atacan, te ves forzado a defenderte», subrayó.

Por otro lado, los nueves detenidos en los enfrentamientos (cinco vascos, tres rusos y un polaco) quedaron ayer en libertad con cargos. Todos los liberados deberán responder ante la justicia por delitos de desórdenes públicos y riña tumultuaria, y en el caso de los tres rusos y el polaco, de otro delito de atentado a agentes de la autoridad. Los compañeros del policía fallecido le rindieron homenaje en el lugar donde murió. El secretario general del sindicato Esan, Eneko Urkijo, reclamó un cambio en las condiciones laborales de los agentes de la Brigada Móvil, que realizan guardias de 14 horas, como del modelo policial. «Les guste o no hay que volver al modelo anterior (con lanzapelotas) porque es el único que se puede utilizar aquí en Euskadi», apuntó Urkijo, que también lanzó un mensaje para el Athletic y los partidos políticos. «Tienen que tomar medidas para desterrar la violencia del fútbol».