El triple final de Stan Okoye, a falta de unas décimas para el final y después de la enésima revisión arbitral, hizo justicia al gran partido protagonizado por el Tecnyconta Zaragoza en el Santiago Martín (86-88) con una victoria que le desahoga en la tabla y le permite creer en el futuro. Sufrió al final el equipo aragonés, en una mezcla de drama y épica, pero mereció más que nadie la victoria, se trabajó el triunfo durante los cuarenta minutos, dominó durante más de media hora, aguantó estoicamente los malos momentos y fue capaz de mantener la cabeza fría y el acierto necesario al final para aguantar todos los intentos de Beirán por decantar el partido del lado local.

El triunfo fue magnífico, como el juego exhibido durante la mayor parte del encuentro. Desde el principio se vio un ataque mucho más fluido, más dinámico que en anteriores partidos en el equipo de Porfirio Fisac. Mayor y mejor movimiento de balón, más y mejores situaciones de anotación y un acierto extraordinario. Durante los primeros cuatro minutos, el Tecnyconta no falló un solo tiro (5/5). Al descanso llevaba un 70% de acierto en tiros de campo (por el 44% del Tenerife). Mejor aún que los números fueron las sensaciones del equipo aragonés, que supo traducir en un gobierno total del partido, en el juego y en el marcador (39-49 al descanso). Todas las piezas encajaron, el liderazgo de Seibutis, la constancia de Radovic, la irrupción final de Okoye, los suplentes manteniendo el ritmo y el nivel.

En un partido de ritmo alto, de muchas idas y venidas, por momentos pareció que el juego aragonés fluía con gran facilidad, como el de un equipo mucho más hecho y maduro. El desequilibrio en el acierto (prodigioso en muchas fases a favor del Tecnyconta, sorprendentemente bajo del Tenerife en muchas ocasiones) permitió a los aragoneses mantener una renta en torno a los diez puntos hasta mediado el tercer cuarto. Ahí se puso las pilas el equipo de Txus Vidorreta, subió líneas defensivas, aumentó la intensidad, intentó por todos los medios cortocircuitar al conjunto aragonés. Le salió bien la jugada porque fue limando poco a poco distancias. Beirán tomó el relevo de Abromaitis como jugador aurinegro más acertado y el Tecnyconta vivió su momento de crisis.

Ahí es donde ha de verse el carácter de un equipo y de cada uno de sus jugadores. Lejos de descomponerse o de dejarse superar por la situación, el Tecnyconta mostró una capacidad de resistencia fundamental para mantenerse en el partido. Aguantó el tirón y fue encontrando pequeños resquicios por los que seguir de pie y al frente, hasta que San Miguel le dio la vuelta al marcador 35 minutos después con un triple (76-74). Vuelta a empezar para cinco minutos finales llenos de alternativas y de instant replay. Okoye devolvió la ventaja a los aragoneses con dos triples seguidos (79-82), pero el Tenerife volvió a empatar después de capturar dos rebotes ofensivos en la misma jugada, el Tecnyconta la perdió por agotar la posesión pero la recuperó en la siguiente y el último minuto fue un tuya mía.

McFadden, muy bien tapado toda la tarde, puso el 86-85 a siete segundos. El Tecnyconta se lo jugó todo al triple, primero para Berhanemeskel, que falló, y luego para Okoye después de que los árbitros tuvieran que revisar para quién era el rebote. El nigeriano aprovechó perfectamente el bloqueo para anotar a falta de décimas para el final y hacer justicia al gran trabajo y al buen juego del Tecnyconta.