'Veni, vidi, Sterbik'. La clásica frase de Julio César define la actuación de Arpad Sterbik en este Campeonato de Europa. A sus 38 años, el portero serbio nacionalizado español en el 2008 estaba de vacaciones hasta que el pasado miércoles Gonzalo Pérez de Vargas se lesionó contra Alemania. Sterbik llegó, vio y venció. Llevaba sin jugar desde el 14 de diciembre, pero debutó el viernes en la semifinal parando tres penaltis que desquiciaron a Francia y este domingo se ha convertido en un muro infranqueable para los jugadores suecos en la segunda mitad. El premio a interrumpir sus vacaciones ha sido la medalla de oro y la distinción de MVP de la final.

Sterbik, que milita en el Vardar macedonio, está semirretirado de la selección, consciente de que a su edad debe limitar sus esfuerzos. Pero Jordi Ribera, que ya tiró de él en el pre-Europeo tras otra lesión de Pérez de Vargas, enseguida volvió a pensar en él, que tampoco dudó. Estaba en Skopje cuando recibió la llamada de la federación. Cogió él primer avión rumbo a Liubliana y desde ahí se zampó dos horas de carretera en un coche de alquiler para llegar a Zagreb a tiempo para enfrentarse a Francia. Karabatic y 'les Experts' no sabían lo que se les venía encima.

Dos metros y 118 kilos de agilidad

Pero Arpad no había hecho un camino tan largo para la plata. "Me han dicho que España ha perdido cuatro finales de Europeo a lo largo de su historia. No podemos perder otra. Yo solo he vivido una, pero me fastidia igual", dijo con su habitual pachorra antes de la final. Su segunda mitad fue todo un recital, dejando alguna de esas imágenes que no dejan de sorprender en alguien de su edad y aspecto (2 metros, 118 kilos), parando balones con el pie a la altura de la cabeza y abriéndose de piernas con pasmosa facilidad.

"Las rotaciones y las paradas de Sterbik han sido fundamentales -reconocía el seleccionador-. Lo que funciona bien es una buena mezcla de juventud y veteranía, nadie estaba aquí por casualidad". El técnico, vigente campeón de América con Brasil y ahora de Europa con España, pide prudencia: "¿Campeones olímpicos? Hay que ir poco a poco, ahora toca celebrarlo". Y lo hicieron en el vestuario («Nos hemos portado bien con Jordi, le hemos manteado un poquito y nada más», desveló Viran Morros) y esperan que fuera ("Llevamos mucho tiempo encerrados así que la noche será larga").

Nunca es sencillo ganar una final, y menos tras una primera parte como la que hemos tenido, pero hemos reaccionado en la segunda de una forma increíble", explicó Raúl Entrerríos, otro veterano (36) que al fin encontró el premio del oro, tras firmar también una gran final (4 goles) y sobre todo una gran segunda mitad. La experiencia es un grado.

Ariño, otro 'refuerzo' inesperado

Casualidades de la vida, el otro jugador que, como Sterbik, tuvo que ser reclutado con el torneo en marcha, estuvo brillante ante Suecia. Aitor Ariño relevó a Ángel Fernández, que se lesionó en el debut, y anoche estuvo casi perfecto con 4 goles en 5 lanzamientos. "Estoy muy feliz, vine por unas circunstancias que no me gustaban, pero como al resto del equipo me ha salido un campeonato muy bueno", explicó el azulgrana tras sufrir lo indecible. "Hasta que no ha pitado el árbitro no me lo he creído, aunque fuéramos ganando de 3 o 4", reconoció. Pero esta vez sí, a la quinta, era el turno de 'los Hispanos'.