--Al fin ha venido al CAI. El club ya había intentado ficharle...

--Sí, hablé con el antiguo entrenador, José Luis, cuando vine a Zaragoza a jugar con el Lietuvos, y me dijo que querían haberme fichado después de mi año en Italia. Pero el Lietuvos era otra de las opciones y me decidí por él. Este año sí que he elegido venir aquí y estoy muy feliz por ello.

--¿Qué le ha atraído del club?

--Lo primero de todo ha sido que la Liga española es la mejor de Europa. Y últimamente el CAI es uno de los mejores clubs, siempre en playoffs, muchos años en la Copa del Rey, otra vez en la Eurocup... Son suficientes razones para elegir venir a este club.

--Ya conoció el Príncipe Felipe el año pasado...

--Sí, jugué aquí y me acuerdo de que perdimos de un montón, de unos 30 puntos. El pabellón es perfecto y hay muchos fans, así que cuando supe que el CAI me quería no me lo pensé mucho.

--No jugó muchos minutos en el Lietuvos. ¿Cómo valora la temporada en lo personal?

--Fue una buena experiencia para mí. Aprendí cómo funcionan las cosas. Algunos partidos jugué bien, otros no tuve muchos minutos. No jugué mucho, pero sí unos 15 por partido, disputé la Euroliga... Fue una buena temporada.

--Pero la mejor de su corta carrera fue en Italia. ¿Qué debe hacer para recuperar ese nivel?

--En el JuveCaserta hace dos años fue increíble. Empecé también sin jugar mucho los dos primeros partidos, pero luego cuando cogí la forma fue muy bien, así que solo necesito jugar más minutos para volver a mi mejor versión y creo que aquí los voy a tener. Tenemos muy buenos jugadores en mi posición, pero hay más de 50 partidos, así que habrá tiempo suficiente.

--¿Está preparado para asumir un rol de jugador importante?

--Estoy listo. He entrenado bien este verano e intentaré ser uno de los líderes en la pista, pero tenemos muchos buenos jugadores. Creo que será una buena temporada para el equipo, no solo para mí.

--Va de un lado a otro, ¿no echa de menos algo de estabilidad?

--Los últimos cuatro años he cambiado de equipo, pero cada vez he jugado en un equipo mejor. En Turquía ya era un buen nivel, en Italia jugué muchos minutos, en el Lietuvos disputé la Euroliga y ahora vengo a la mejor Liga de Europa. Quiero jugar al máximo nivel posible, y es por eso por lo que he elegido dar estos pasos, pero por supuesto que necesito estabilidad, dos años o tres sin cambiar. Seguro que sucederá, pero soy joven y hasta ahora he dejado a las cosas fluir.

--Postea, pero también tira triples. ¿Es su valor añadido?

--Sí. El baloncesto cambia. Normalmente los jugadores altos no pueden tirar de tres, pero ahora algunos lo hacen. Si eres grande y puedes tirar triples, es una gran ventaja. Si además sabes jugar también en el poste y hacer penetraciones, nadie puede pararte. Practiqué mucho cuando era pequeño tirando, ahora es mi ventaja y me gusta usarla.

--Y, además, es zurdo. ¿Eso también es una ventaja?

--Sin duda. No hay muchos jugadores zurdos en Europa, así que para mí lo es. Todo el mundo tiende a irse hacia la derecha y, ey, yo voy a la izquierda (ríe). Es mucho más fácil para mí, aunque muchos entrenadores y jugadores lo saben y cierran ese lado, así que necesito también tener tiro, saber fintar y penetrar.

--Cuando era pequeño, ¿imitaba a algún jugador, zurdo o no?

--No seguía mucho el baloncesto cuando era pequeño. Empecé a hacerlo cuando tenía 12 años, porque en Yugoslavia había grandes jugadores: Divac, Stojakovic... Entonces empecé a entrenar. Pero mis jugadores preferidos son Dirk Nowitzki y otro que jugó muchos años en España, Mirza Teletovic.

--Al principio no veía baloncesto, pero, ¿qué hacía?

--No veía mucho la tele, porque en ese período había guerra en mi país y no teníamos muchas cosas que hacer. Yo salía con mis amigos a jugar al fútbol o al baloncesto, pero en la televisión era diferente, hablaban sobre la guerra. Mi infancia fue extraña, pero es así como las cosas suceden.

--¿Qué recuerda del ambiente en el Príncipe Felipe?

--Cuando jugué no había mucha gente, pero animaban mucho. Me acuerdo porque perdíamos de 30 y todo el mundo estaba celebrándolo, era una fiesta. He escuchado a la gente del equipo que vienen normalmente en la Liga casi 10.000 personas y no puedo esperar para verlo.

--Está acostumbrado a emociones fuertes. Se formó en el Partizan y luego jugó en el rival, el Estrella Roja.

--Fue difícil. Además, en Serbia, no puedo decir que sea peligroso, pero los partidos son más que partidos. Con miles de personas, todas de pie...

--¿Le está gustando Zaragoza?

--Todo es perfecto. Y en los próximos dos meses espero que podamos hablar mejor: en español.

--¿Ya está aprendiendo?

--Sí, ya he empezado, porque en la tele está todo en español. He visto un par de series, una se llama Rubi (ríe).