España se despide de Gwangju con la cabeza alta y otra medalla de plata para la historia. No pudo contra su bestia negra, Estados Unidos, y sumó su undécima derrota consecutiva ante el conjunto de Adam Krikorian en una final en la que España se desdibujó superados los dos cuartos. Hoy a las 11.30 horas la selección masculina se bate contra Italia en su final.

Bajo la lluvia el partido empezó como se preveía, con el primer gol para las campeonas. Margaret Steffens, ex del CN Sabadell, estrenó el marcador sin dar respiro a las españolas. Pero las de Miki Oca respondieron rápido. Bea Ortiz empató y Pili Peña hizo temblar a las campeonas con un disparo a la madera. Los postes fueron el primer rival. El segundo, la mejor portera del mundo, Ashleigh Johnson.

El combinado estadounidense volvió a ser el martillo de la última final del Mundial y dejó a las de Oca sin el ansiado primer lugar. Aunque de inicio, las estadounidenses no lo tuvieron nada fácil para revalidar su tercer mundial consecutivo y entrar en la historia (nadie lo había conseguido amtes). Las seis veces campeonas del Mundo se toparon con una gran defensa que privó a las boyas de lanzamientos fáciles y dejó al resto ante la siempre inmensa Laura Ester. Sin embargo, para vencer a las mejores se necesita la perfección y eso le faltó a España. La diferencia estuvo en los detalles y en las superioridades no aprovechadas.